Historia
El origen de la villa de Olivares se remonta a la época romana, en la cual la alquería situada en los terrenos que hoy ocupa el pueblo pasó posiblemente tras la conquista de la Bética a manos de un militar romano, Turculus, cuyas sucesivas derivaciones y cambios a lo largo del tiempo cristalizaron en Estercolines. De esta época han quedado restos del un acueducto en el Cerro de las Cabezas, que conducía el agua desde el desaparecido asentamiento de Tejada hacia Itálica. De la época musulmana ha quedado como vestigio la Torre de San Antonio que está situada junto a la carretera que une las localidades de Olivares y Gerena.
Torre de San Antonio, recientemente restauradaEn 1535 fue bautizada con el nombre de Olivares por Pedro de Guzmán, primer conde de Olivares. Durante el reinado de Felipe IV adquirió gran importancia gracias a don Gaspar de Guzmán y Pimentel, Conde de Olivares y Duque de San Lucar la Mayor y valido del rey durante el periodo 1622-1643. Durante esta época se multiplico el patrimonio arquitectónico, siendo dos buenos ejemplos la Colegiata de Santa María de las Nieves y el palacio del Conde-Duque.
Iglesia de Olivares desde la Plaza de EspañaA escasa distancia de la villa existió hasta 1843 un pueblo llamado Heliche.
El origen de la villa de Olivares se remonta a la época romana, en la cual la alquería situada en los terrenos que hoy ocupa el pueblo pasó posiblemente tras la conquista de la Bética a manos de un militar romano, Turculus, cuyas sucesivas derivaciones y cambios a lo largo del tiempo cristalizaron en Estercolines. De esta época han quedado restos del un acueducto en el Cerro de las Cabezas, que conducía el agua desde el desaparecido asentamiento de Tejada hacia Itálica. De la época musulmana ha quedado como vestigio la Torre de San Antonio que está situada junto a la carretera que une las localidades de Olivares y Gerena.
Torre de San Antonio, recientemente restauradaEn 1535 fue bautizada con el nombre de Olivares por Pedro de Guzmán, primer conde de Olivares. Durante el reinado de Felipe IV adquirió gran importancia gracias a don Gaspar de Guzmán y Pimentel, Conde de Olivares y Duque de San Lucar la Mayor y valido del rey durante el periodo 1622-1643. Durante esta época se multiplico el patrimonio arquitectónico, siendo dos buenos ejemplos la Colegiata de Santa María de las Nieves y el palacio del Conde-Duque.
Iglesia de Olivares desde la Plaza de EspañaA escasa distancia de la villa existió hasta 1843 un pueblo llamado Heliche.