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BOLLULLOS DE LA MITACION: Cuando llegabamos al colegio del Cementerio Viejo,...

Cuando llegabamos al colegio del Cementerio Viejo, teníamos que cantar los himnos propios del fascismo de la época: ¡Viva España!, El Cara al sol, etc., mientras se izaba la bandera en un mastil en diagonal pegado al edificio. Al entrar rezabamos el padre nuestro, un ave maría el credo, todo un rollazo, que nos tragamos sin rechistar. Los chicos mayores tenían pupitre y asiento de esos que se subían y se bajaban. Nosotros los más pequeños, teníamos un banco como los de la iglesia y una pizarrita con un pizarrín donde le maestro, don Pedro nos ponía la muestra. Mientras iba a que nos diera de leer en la cartilla o nos corregía la muestra. Los mayores, a veces, nos quitaban el desayuno de la cartera de cuero. Luego, en el recreo, llorábamos porque no teníamos nuestro pan con manteca.
Cuando llegaba la primavera, el maestro Don Francisco nos llevaba de excursión al campo. Se ponía de acuerdo con la maestra de las niñas, que era su novia, o algo por el estilo y nos íbamos por el camino de Umbrete, por la hacienda de "Torre Arca" al eucaliptal, o al pinar de la cuesta del cementerio, ...
Pasabamos un día fenomenal. El camino de ida y de vuelta íbamos cantado canciones (recuerdo una que comenzaba: "¡Una tarde fresquita de mayo, cogí mi caballo y me fuí a pasear, ...!"), nos pintabamos bigotes con algunas plantas que tisnaban, chupabamos dengues, nos tirabamaos en las ropas agujas de plantas , ...
Todo era divertidísimo.
UN BOLLULLERO QUE YA NO VIVE ALLí.