La construcción junto a la torre parroquial no tiene nombre. Es fiel reflejo de la poca sensibilidad cultural de nuestros representantes y nuestros representantes son la viva imagen de la apatía general de este pueblo nuestro, de nosotros en una palabra. Un alcalde tiene potestad - o se busca - para no permitir esa locura. El sentido común siempre debe estar al lado de lo razonable. ¿Era el único lugar del pueblo donde se podía cosntruir? ¿Teníamos que ahogar nuestra bella torre? Lástima que la historia ... (ver texto completo)