Los resultados reales, por encima de los condicionamientos socio-historicos y las evaluaciones de cada parte, fueron muy fecundos, no sólo para el encuentrocristianismo-izquierda politica, sino para la sociedad y politica española en general, y para el puesto que ha de tener la religión en ella. El dialogo crisiano-marxista supuso un ejercicio de práctica democrática. El campo religioso, unode los espacios tradicionalmente mas conflictivos en nuestro pais, se transformó en lugar preferente de dialogo, tolerancia, reconciliación y reconocimiento de libertades entre las dos Españas.
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