Manuel Lara Castejón
Concejal del MAI.Llave del Gobierno
«Han hecho un desierto económico»
«El Coronil pierde población año tras año y lo sostienen censando marroquíes artificialmente. No hay realmente 5.000 habitantes», se lamenta este agricultor que diariamente va a trabajar a 125 kilómetros de su pueblo y que también fue fundador del SOC, sindicato del que se desvinculó en 2001, en el congreso en el que resultó elegido Cañamero, del que era cuñado.
«Los chavales, nuestros hijos, ven la vida y el futuro de El Coronil de otra manera, porque están hartos de represión y de falta de libertad... Nuestro pueblo no puede estar en manos de gente así, porque ellos han hecho de El Coronil un desierto económico, aquí se ha gobernado con un aparato de poder en torno a IU, funcionando antidemocráticamente, usando el miedo como forma de gobierno ¿qué clase de izquierda es esta?... Lara narra los puntos clave de lo que considera que ha sido una «dictadura sostenida con votos» y recuerda la madrugada del Pleno de investidura, con su casa rodeada y escuchando los gritos de «traidor» y acusa a Cañamero de haber «incendiado los ánimos asomándose al balcón consistorial para gritar: «nos han robado la Alcaldía», y de luego «intentar mediar en un conflicto que él mismo originó».
Le queda, de aquella jornada aciaga que congeló el pueblo en una fotografía de sinrazón e intransigencia, tristeza, indignación, la preocupación por una de sus hijas, de 11 años, que no quiere volver a casa y que ha tenido que ser medicada con tranquilizantes, y la visión de su compañero de partido, Juan Vázquez Marín, en el suelo, herido.
Concejal del MAI.Llave del Gobierno
«Han hecho un desierto económico»
«El Coronil pierde población año tras año y lo sostienen censando marroquíes artificialmente. No hay realmente 5.000 habitantes», se lamenta este agricultor que diariamente va a trabajar a 125 kilómetros de su pueblo y que también fue fundador del SOC, sindicato del que se desvinculó en 2001, en el congreso en el que resultó elegido Cañamero, del que era cuñado.
«Los chavales, nuestros hijos, ven la vida y el futuro de El Coronil de otra manera, porque están hartos de represión y de falta de libertad... Nuestro pueblo no puede estar en manos de gente así, porque ellos han hecho de El Coronil un desierto económico, aquí se ha gobernado con un aparato de poder en torno a IU, funcionando antidemocráticamente, usando el miedo como forma de gobierno ¿qué clase de izquierda es esta?... Lara narra los puntos clave de lo que considera que ha sido una «dictadura sostenida con votos» y recuerda la madrugada del Pleno de investidura, con su casa rodeada y escuchando los gritos de «traidor» y acusa a Cañamero de haber «incendiado los ánimos asomándose al balcón consistorial para gritar: «nos han robado la Alcaldía», y de luego «intentar mediar en un conflicto que él mismo originó».
Le queda, de aquella jornada aciaga que congeló el pueblo en una fotografía de sinrazón e intransigencia, tristeza, indignación, la preocupación por una de sus hijas, de 11 años, que no quiere volver a casa y que ha tenido que ser medicada con tranquilizantes, y la visión de su compañero de partido, Juan Vázquez Marín, en el suelo, herido.