Es triste decirlo pero, el
Valle, como siga así, tiende a desaparecer. A las diez de la
noche, ya no se ve un alma por las
calles y, a las once de la noche, ya están los establecimientos públicos cerrados a cal y canto (y, éso, si han llegado a abrir) La gente, o tiene dinero y no se lo quiere gastar o, no tiene un duro y no puede salir a la
calle o, todo el mundo tiene trabajo y no puede salir a la calle porque tengan que madrugar o, no tienen trabajo y no quieren salir a la calle no vaya a ser
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