Yo soy marbellí, hijo de padre ojeneto y madre marbellí, y he de decir que Marbella tiene fabulosos rinconcitos, una amplia influencia en la historia de España y unas increíbles playas y zonas verdes, pero que nadie haga la vista gorda y me niegue que se están yendo al garete, gracias a la penosa actuacción de nuestros alcaldes, y a las compañias constructoras y demás cuerpos jurídicos que les importa más aprovecharse economicamente de Marbella al precio que sea, que cuidar este enclave medioambiental, cultural e histórico.