Los de Sorihuela, en el momento que pisan en Villanueva desde el cruce del mismo nombre, ya nos deben estar agradecidos, porque hasta que ellos llegan a su trozo de sierra en Las Villas, tienen que navegar mucho en nuestro entorno, para que ellos vengan encima como si le debieramos favores, invadiendo como hurracas inversiones, producidas para bien o mal en suelo villanovense.