Oh cristo de la nbuena muerte y silencio:
Es Miecoles de la Semana de Pasion, en torno las 21:00 el ruido y el ir y venir de la plaza se calma, se apagan las luces y se abre las puertas de San Miguel.
Un silencio roto por el caminar de los nazarenos da paso a la salida del Crito de la Buena Muerte y Salud, la plaza con un nudo en la garganta enmudece y calla al ver el trabajo de sus horquilleros.
En un momento la oscuridad el silencio y el cistro son una misma cosa y un arte en la calle recorridas a ritmo de un ronco tambor.
De madrugada regresa al cerro, donde los horquilleros rotos por el cansancio rompen su silencio y se animan unos a otros en la subida por las cuesta de la virgen, como un calvario por nuestras almas hasta llevarlo junto a la madre de todos los Vilcheños.
Es Miecoles de la Semana de Pasion, en torno las 21:00 el ruido y el ir y venir de la plaza se calma, se apagan las luces y se abre las puertas de San Miguel.
Un silencio roto por el caminar de los nazarenos da paso a la salida del Crito de la Buena Muerte y Salud, la plaza con un nudo en la garganta enmudece y calla al ver el trabajo de sus horquilleros.
En un momento la oscuridad el silencio y el cistro son una misma cosa y un arte en la calle recorridas a ritmo de un ronco tambor.
De madrugada regresa al cerro, donde los horquilleros rotos por el cansancio rompen su silencio y se animan unos a otros en la subida por las cuesta de la virgen, como un calvario por nuestras almas hasta llevarlo junto a la madre de todos los Vilcheños.
