EL AGUILANDO
Los intérpretes: Los campanilleros, grupo de veinte o veinticinco personas que ponen el acompañamiento musical a la voz recia del cantaor acompañados de instrumentos tan especiales y de tanto arraigo en la tierra como las guitarras, laudes, bandurrias, rejas de arado, cántaro, alpargata esparteña, triángulos, platillos o el tradicional collar de campanillas.
El aguilando cosechó un notable éxito en la V Gala Nacional de Villancicos 'Memorial José María Cepeda', de la localidad ciudad realeña de Tomelloso. El cante autóctono de Vilches, interpretado por los campanilleros, representó en el teatro municipal de la Mancha, a la provincia de Jaén en este certamen de villancicos, todo un referente dentro de la ruta cervantina del Campo de San Juan.
Por el escenario del teatro desfilaron otros dos grupos jienenses, que recibieron el beneficio de aplausos parecidos al grupo vilcheño. Fueron ellos el coro romero Oro Verde, de Torredonjimeno, y la asociación cultural coro y rondalla Panaceite, de Jaén. Los tres formaron parte de una gran noche de villancicos en la que también destacaron el coro rociero Santo Cristo, de Valdepeñas (Ciudad Real), el colectivo de coros y danzas Amanecer, de Villaluenga de la Sagra (Toledo) y el anfitrión coro Virgen de la Esperanza, de la hermandad Jesús del Perdón. Todos ellos participaron en esta gala nacional, que destinó parte de la recaudación a sufragar los gastos de las obras de restauración del templo parroquial de San Pedro, en Tomelloso.
Intenso mes
El aguilando se dejará oír de forma intensa en este mes de diciembre dentro y fuera de la provincia. Los intérpretes de este cante, de cuya existencia se tiene ya noticia en la Edad Media, son los campanilleros, grupo de veinte o veinticinco personas que ponen el acompañamiento musical al cantaor acompañados de instrumentos atípicos.
Desde los albores de diciembre, cuando se aproxima las Pascuas, los campanilleros empiezan a recorrer una a una las calles de Vilches para poner calor a las frías noches y anunciar la Navidad. Interpretan los aguilandos, cante inédito y original, jamás escrito en pentagrama, con claras raíces evocadoras de una música arábigo-andaluza.
Los vecinos corresponden abriendo sus balcones y ofreciendo mantecados, polvorones, anís, coñac. Todo vale para aliviar el frío. Se bebe, se charla, se ríe algún chiste, se toca un segundo aguilando y el grupo se marcha hasta otra calle. La fiesta continúa una noche y otra hasta que pasa la Navidad.
Los intérpretes: Los campanilleros, grupo de veinte o veinticinco personas que ponen el acompañamiento musical a la voz recia del cantaor acompañados de instrumentos tan especiales y de tanto arraigo en la tierra como las guitarras, laudes, bandurrias, rejas de arado, cántaro, alpargata esparteña, triángulos, platillos o el tradicional collar de campanillas.
El aguilando cosechó un notable éxito en la V Gala Nacional de Villancicos 'Memorial José María Cepeda', de la localidad ciudad realeña de Tomelloso. El cante autóctono de Vilches, interpretado por los campanilleros, representó en el teatro municipal de la Mancha, a la provincia de Jaén en este certamen de villancicos, todo un referente dentro de la ruta cervantina del Campo de San Juan.
Por el escenario del teatro desfilaron otros dos grupos jienenses, que recibieron el beneficio de aplausos parecidos al grupo vilcheño. Fueron ellos el coro romero Oro Verde, de Torredonjimeno, y la asociación cultural coro y rondalla Panaceite, de Jaén. Los tres formaron parte de una gran noche de villancicos en la que también destacaron el coro rociero Santo Cristo, de Valdepeñas (Ciudad Real), el colectivo de coros y danzas Amanecer, de Villaluenga de la Sagra (Toledo) y el anfitrión coro Virgen de la Esperanza, de la hermandad Jesús del Perdón. Todos ellos participaron en esta gala nacional, que destinó parte de la recaudación a sufragar los gastos de las obras de restauración del templo parroquial de San Pedro, en Tomelloso.
Intenso mes
El aguilando se dejará oír de forma intensa en este mes de diciembre dentro y fuera de la provincia. Los intérpretes de este cante, de cuya existencia se tiene ya noticia en la Edad Media, son los campanilleros, grupo de veinte o veinticinco personas que ponen el acompañamiento musical al cantaor acompañados de instrumentos atípicos.
Desde los albores de diciembre, cuando se aproxima las Pascuas, los campanilleros empiezan a recorrer una a una las calles de Vilches para poner calor a las frías noches y anunciar la Navidad. Interpretan los aguilandos, cante inédito y original, jamás escrito en pentagrama, con claras raíces evocadoras de una música arábigo-andaluza.
Los vecinos corresponden abriendo sus balcones y ofreciendo mantecados, polvorones, anís, coñac. Todo vale para aliviar el frío. Se bebe, se charla, se ríe algún chiste, se toca un segundo aguilando y el grupo se marcha hasta otra calle. La fiesta continúa una noche y otra hasta que pasa la Navidad.
