Lo ocurrido en el campo del Zaragoza con insultos con carácter racista, no constituye un hecho aislado. El insulto como “herramienta” de ataque es una practica habitual, no solo en el fútbol sino que de un tiempo a esta parte ha alcanzado a la política, en la que lamentablemente el ataque personal, la descalificación continuada y los insultos esta siendo habitual, todo ello fruto de un sectarismo partidista que hace que los adversarios se vean como enemigos. Y a los emigrantes como gente que viene ... (ver texto completo)