Estábamos en casa de Matanza. Mi tía Pilar, la mujer de mi tio Hilario, que estuvo tantos años de conserje en el Casinete, ayudaba a mi madre. Mientras, sun hija Pili, de unos cinco o seia años, escuchaba en otra habitación la radio, con todo entusiasmo, pegada al aparato. De pronto, sale al aire aquel anuncio: " ¡Es la Philips!
Mi prima, salió corriendo buscando a su madre y diciendo. ¡Mama, mama, me han dicho en la radio! ¡Me han dicho en la radio!
Mi prima, salió corriendo buscando a su madre y diciendo. ¡Mama, mama, me han dicho en la radio! ¡Me han dicho en la radio!