A veces mi vida,
harta de quehaceres,
me llama al desánimo,
cansada, aburrida...
Pues bien,
cuando, tras el viaje
largo y fatigoso,
que me lleva a Siles,
mi pueblo querido,
me aproximo a él,
el alma se anima,
feliz y exultante,
acumula arrestos,
encuentra razones;
y la vida vuelve
a seguir luchando,
a seguir viviendo.
harta de quehaceres,
me llama al desánimo,
cansada, aburrida...
Pues bien,
cuando, tras el viaje
largo y fatigoso,
que me lleva a Siles,
mi pueblo querido,
me aproximo a él,
el alma se anima,
feliz y exultante,
acumula arrestos,
encuentra razones;
y la vida vuelve
a seguir luchando,
a seguir viviendo.