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SILES: Me parece, ya no sólo increíble, sino además indignante...

Me parece, ya no sólo increíble, sino además indignante que alguien pueda decir que Laureano se merece lo que dicen de él porque pretende ser el centro de atención y que además es capaz de mentir por salvaguardar su honor. Seas quién seas y por muy bien escrito que esté tu discurso es una auténtica chorrada, aunque digas que sabes lo que dices por experiencia propia. Te diré tres cosas. Primera: Laureano no ha mentido ni mentirá en su vida, y pongo la mano en el fuego por él sabiendo que no me quemo. Segunda: Nadie, absolutamente nadie merece que se metan en su vida, inventen, digan o dejen de decir sobre él sólo porque, según ellos, intenta ser el centro de atención. Y tercero: Laureano jamás ha intentado ser el centro de nada y he aquí el verdadero problema de la Sierra de Segura -en la que debe ser que tanto tiempo aislados, ha convertido a los hombres que aquí viven en auténticos desalmados, en seres deshumanizados-, que cuando alguien destaca, cuando alguien se atreve a vivir su vida, a pensar por sí mismo, cuando alguien es lo que ellos llaman “raro” o “loco”, depende del grado de odio que se le llegue a tener... Cuando alguien se atreve a vivir fuera de lo que ellos consideran correcto –Dudosa corrección aquella que consiste en pulverizar a aquél que piensa diferente- lo machacan. Y todo esto no es más que por la propia miseria moral de una población que se pudre poco a poco, una población que tiene el alma podrida, porque es doloroso comprobar la ruindad a la que son capaces de llegar, por eso machacan, porque se dan cuenta de lo mezquinos que son... Eso debe ser insoportable para uno mismo –Y yo sí lo digo con conocimiento de causa y con todo el dolor de este mundo, ya que soy de la Sierra y critico duramente lo que amo precisamente por eso, por que lo amo y tengo la esperanza, cada vez más débil, de que esto cambie-. Ese ha sido el delito de Laureano, vivir su vida, ser él mismo y atreverse a ser libre en un lugar donde una falsa moral te impide serlo... Su delito ha sido mantenerse firme una y otra vez y no perder su identidad a pesar de saber que eso le iba a traer problemas, ha sido no resignarse y seguir luchando, ha sido mantenerse fiel a un honor y un deber moral que por mucho que se empeñen en quitarle, tiene de sobra. Repito hasta el hastío que Laureano ha sido mi profesor y que me ha enseñado mucho. Entre otras cosas que es un hombre de honor –Y lo es. No es que él lo diga, él predica con hechos no con palabras-, justo, leal, valiente y que no miente jamás. Y todo eso me lo ha enseñado en clase, algo que jamás seréis capaces de enseñar aquellos que decís verdaderas barbaridades sin motivo alguno. Jamás se ha reído de nadie en las aulas para herirlo o agraviarlo. Nunca jamás se ha metido con los que lo odian, al revés, los ha ignorado, lo que resulta más doloroso e insultante aún para los que han vivido toda su vida con la convicción de que es el “diente por diente” el refrán más sabio. Nunca ha amonestado a nadie sin motivo y sin merecer esa amonestación y en la vida ha utilizado sus clases para limpiar su imagen –Ya que él no tiene nada que limpiar, son precisamente los que se dedican a decir auténticas barbaridades de él sin tener en cuenta el daño que hacen los que están verdaderamente sucios-. Le debo muchísimo, porque muchísimo me ha enseñado. Deberíais aprender una palabra y lo que ella conlleva, Tolerancia. Y un valor fundamental -a parte de una sana costumbre: el cumplir la presunción de inocencia que es una cosa que ni existe en vuestro vocabulario, aunque sea fundamental para lo siguiente- que es el Respeto. Sed más respetuosos con los que son capaces de vivir su vida al margen de vosotros. Ojalá os parecierais todos a Laureano, el mundo ganaría mucho.
Saludos.

M.A.C.