El cortijo Las Salinas, antes de su reforma por los Ingleses Steffi Goddar y Steven Rovinsón, Es un lugar impregnado de
historia, donde la
tradición y el misterio se entrelazan como hilos invisibles en el tapiz del tiempo.
Sobre su viejo empedrado, marcado por el paso de generaciones, resuenan ecos de historias olvidadas, relatos que alguna vez abrieron la
puerta al enigma y que, aún hoy, se resisten a desvanecerse. Cada
rincón del cortijo guarda un susurro del pasado, un misterio que espera ser descubierto algún día.