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HUESA: Aguilachic@, a lo mejor dábamos más importancia a las...

Y yo lo primero que pasó por mis manos fue un dos caballos descapotable, que tenía la palanca de cambios casi en el salpicadero y que arrancaba a manivela, jajajjajajaa! le dabas al manubrio aquel y tenías que salir corriendo a montarte, jajajjajaaaa! y ni os cuento la cuesta arriba, a veces depende de como fuera la cuesta de grande había que empujarle para que subiera, y después fui progresando con un 127 anda queeee... igualitos al que tengo hoy, pero yo también los recuerdo con cariño, será porque le dábamos más valor a lo que teníamos que hoy en día?

Aguilachic@, a lo mejor dábamos más importancia a las cosas que teníamos porque nos las currábamos y si no te lo currabas no las tenías. Entonces no había tantas ayudas por ningún lado y las familias no estaban para tirar cohetes, por lo menos la mía, y por eso el proceso era el inverso, éramos los hijos los que teníamos que echar una mano a la familia.

Del dos caballos también tengo muy buen recuerdo porque tenía un amigo que tenía uno y lo frecuentaba bastante. Qué suspensión, dios mío. Ibas saltando todo el camino y qué decir de cómo se tumbaba en las curvas, que cuando lo veías desde fuera parecía que rozaba el suelo con la carrocería. De la velocidad podemos decir que no necesitaba frenos porque bastaba con levantar el pie del acelerador para que se parara, y si ibas cuesta arriba, no sólo se paraba sino que se iba para atrás. Lo mismo le pasaba al 600.

Ya sabía yo que andabas con la aguja en la mano, que tú para eso te la pintas sola. A ver si te sale bien ese traje regional que llevas entre manos. Luego le haces una foto y la cuelgas para que lo veamos.

Martinico, vete preparando tú también los trajes para las romerías, que ahora vienen todas juntas. Para empezar, ahí tienes el Rocío. Si no quieres ir tan lejos, aquí en Elche está en fiestas el barrio del Plà, por san Pascual. Esta mañana han soltado ya unos pocos pepinazos, que aquí sabemos lo aficionados que son a la pólvora.

Cigarrito y Adolfina, ánimo, que vosotros lo tenéis más cerca, sobre todo tú, Adolfina. Yo me pienso dar una vuelta esta tarde a comerme unos churros, que desde mi casa los huelo, y a oír a la coral Amics Cantors, que cantan esta tarde en la iglesia de san José.