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HUESA: Hay un mal que devora a la Iglesia y a toda institución...

Hay un mal que devora a la Iglesia y a toda institución a la que se acerque como polilla o carcoma. Es el Gobierno en la sombra. Gobernar en la sombra tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Ventajas porque no se reciben tortas ni bofetadas e inconvenientes porque no se reciben agasajos ni parabienes nada más que de los privilegiados que andan a la zaga del chisme clerical y traicionero. Gobernar en la sombra deja mal a los gobernantes auténticos pues los hilos se manejan bien lejos y esos hilos llevan ya muchos años viéndose. Conocemos su olor, su sabor, su peso y hasta su grosor. Gobernar en la sombra es un insulto a la inteligencia de la gente que ve y sabe más de lo que ellos se creen, un insulto al pueblo cristiano que mira de soslayo, se extraña, se sonrie y sigue su camino porque al fin y al cabo eso ha sido siempre la Iglesia.

Gobernar en la sombra es más fácil cuando se conocen los resortes del poder durante muchos, muchos años o décadas porque se ha vivido a su arrimo. Gobernar en la sombra es quizás lógico en instancias políticas, pero es poco sano para la salud de la Iglesia. Gobernar en la sombra es un ejercicio demasiado peligroso porque llega el momento en que se cae la máscara, el auténtico gobernante se hace de las riendas y aparece en todo su esplendor la estulticia de quien se ha creido rey y señor de todo lo visible e invisible. Pero... No se mosqueen ustedes... Esto pasa en todos los sitios y profesiones pero también pasa en esta Iglesia, que con ilusión y alegría peregrina en España, en Andalucía y ¿ por qué no ? también en Jaén, es cosa para tenerla en cuenta sin mosqueos innecesarios porque el poder en la sombra suele ser siempre vengativo por naturaleza y cuidado habrá que tener para nunca caer en sus garras.

Y empezará a verse el poder en la sombra cuando llegue el momento crucial y las sombras sean alargadas.

Hay formas sanas de estar en la sombra con sencillez, aconsejando, trabajando, sudando, mojandose de verdad, facilitando y abriendo caminos, quitando leña al fuego y dando palmaditas de alivio. Pero hay otras más peligrosas, las que desvian voluntades con calumnias y necedades.

Estas sombras alargadas suelen tener en estos días sus grandes bacanales pues sienten el poder que se le sale por los ojos y les embriaga. Son los arribistas, los que no miran a los ojos, los que se creen dueños del cortijo.

Esto es un elogio a la mano que sombrea alargada junto a báculos y mitras en muchos lugares y que salen por las noches para tramar zancadillas diciendo blanco donde ayer decian negro porque el blanco ahora interesa más.

Hay veces en que la sombra del poder es tripartita como en Cataluña o es bicéfala como en Francia. Otras veces es una sola cabeza que piensa, otra que escribe y la otra que agacha la cabeza, pero siempre están asustados porque aquel a quien intentan gobernar en la sombra les puede salir rana y darles sustos mayúsculos poniendo el dedo en lugares que ya habian sido declarados infectados por decreto o en personas que habian sido ya de antemano estigmatizadas. Las sorpresas son grandes y al final suelen ser hasta chocantes y es que no hay poder que en la sombra que cien años dure ni persona que los soporte.

Orald.