Calle Real.
Tu suelo de adoquines gris oscuro.Tu que has visto pasear ilusiones vestidas de blanco, la pesadumbre tras un feretro, murmullos y gotas de cera sobre tu gris oscuro al paso de penitentes, roto el silencio por canticos desgarradores al paso de procesiones.De petalos te han cubierto al paso de la inocencia vestida de blanco.
Griterios en tiempos de transición, lamentos en momentos de injusticias sociales, Tu que has visto pasar el tiempo y su transformación.
Mañanas de Sol radiante.Gelidas tardes de Invierno.En Otoño de hojas te han cubierto los viejos arboles, vestidas de negro el polvo te han quitado.
Tus esquinas, testigos de encuentros y desencuentros amorosos, noches de espera, proposiciones de amor.
Majestuosas casonas te abrigan en dias de Solano, te cobijan en dias de Verano.
Generaciones han correteado por tus grises adoquines, en dias de feria los gorriones han sido espantados de tus viejos tejados.
Tu grandeza ha sido desplazada, tu que lo tuvistes todo, tu que fuistes el centro de todo, ahora ya solo te queda el recuerdo.
Relato.
Setenta años de soledad entre cuatro paredes.
Sobre su mesilla de noche la imagen de una virgen descolorida por el paso del tiempo, un despertador que nunca funciono, espaldares y somier de hierro forjado, por encima de los estandares de la cama y colgado en aquella blanca pared un crucifijo de principios de siglo, nunca supo de su procedencia.De su viejo armario cuelga su ajuar, ajuar que nunca utilizo, sus vestidos negros iban ganando espacio.
Era beata de las imagenes de su casa, nunca se la vio rezar el rosario en templos algunos.
De compresión fuerte, su tez facial de un blanco pálido, su pelo siempre lo recogía con unas horquillas de color negro, nunca se le conocio marido o amante, nunca se la vio pasear, el mundo de puertas para afuera no le preocupo.
Nunca le vi limites a su bondad y humildad.
Nacio y murio en está calle, Calle Real.
El relato del llanto lo dejo para otro dia.
Martinico.
Tu suelo de adoquines gris oscuro.Tu que has visto pasear ilusiones vestidas de blanco, la pesadumbre tras un feretro, murmullos y gotas de cera sobre tu gris oscuro al paso de penitentes, roto el silencio por canticos desgarradores al paso de procesiones.De petalos te han cubierto al paso de la inocencia vestida de blanco.
Griterios en tiempos de transición, lamentos en momentos de injusticias sociales, Tu que has visto pasar el tiempo y su transformación.
Mañanas de Sol radiante.Gelidas tardes de Invierno.En Otoño de hojas te han cubierto los viejos arboles, vestidas de negro el polvo te han quitado.
Tus esquinas, testigos de encuentros y desencuentros amorosos, noches de espera, proposiciones de amor.
Majestuosas casonas te abrigan en dias de Solano, te cobijan en dias de Verano.
Generaciones han correteado por tus grises adoquines, en dias de feria los gorriones han sido espantados de tus viejos tejados.
Tu grandeza ha sido desplazada, tu que lo tuvistes todo, tu que fuistes el centro de todo, ahora ya solo te queda el recuerdo.
Relato.
Setenta años de soledad entre cuatro paredes.
Sobre su mesilla de noche la imagen de una virgen descolorida por el paso del tiempo, un despertador que nunca funciono, espaldares y somier de hierro forjado, por encima de los estandares de la cama y colgado en aquella blanca pared un crucifijo de principios de siglo, nunca supo de su procedencia.De su viejo armario cuelga su ajuar, ajuar que nunca utilizo, sus vestidos negros iban ganando espacio.
Era beata de las imagenes de su casa, nunca se la vio rezar el rosario en templos algunos.
De compresión fuerte, su tez facial de un blanco pálido, su pelo siempre lo recogía con unas horquillas de color negro, nunca se le conocio marido o amante, nunca se la vio pasear, el mundo de puertas para afuera no le preocupo.
Nunca le vi limites a su bondad y humildad.
Nacio y murio en está calle, Calle Real.
El relato del llanto lo dejo para otro dia.
Martinico.