Los tenemos como juguetes, como seres que llenen nuestros vacíos, como inercia social de lo que hacen casi todos a nuestro alrededor. Sin embargo, ¿nos preguntamos para qué los queremos?. ¿Por qué los traemos a este laboratorio de experimentación de, quien sabe qué?. Tristes somos los seres que nos comportamos sin poder darnos una mínima respuesta que, al menos, nos haga pensar que somos un poco racionales.
Xx.
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