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HUESA: El Hueseño, esos caminos a los que tú te refieres yo...

El Hueseño, esos caminos a los que tú te refieres yo tambien los he andado, y los ande en la época que tú dices.
Yo estaba con mis abuelos y bisabuela en un cortijo cerca de Morata.Alli pasamos el Verano y parte del invierno.Al principio nos acompañaba mi abuela, después ya teniamos que ir solos.Crios de cinco a doce años nos levantamos al amanecer y de cada cortijo salia dos o tres crios hasta llegar a juntarnos en aquellos polvorientos caminos unos 10 crios.
Con los primeros claros del dia la alfalfa impregnada de roció tiene un olor especial a frescura.recién levantados y peinados, la libreta de caligrafía bajo el brazo.Unos nos entretenemos con las piedras del camino, otros quedarón rezagados, y el mayor de todos intenta mantener el orden y que nadie quede atras.Un gran respeto al cruzar la carretera, tantas historias nos contarón a la luz de la luna, historias de "alcantas", historias de niños raptados.El tiempo en recorrer el tramo de la carretera hasta el puente de los Rollos, en nuestra cara se reflejaba el miedo.
Apenas podiamos tirar de nuestro cuerpo una vez ya subida la cuesta de los rollos.En nuestro camino nos encontrábamos algun que otro anciano sobre lomos de sus mulas, siempre tenian que darnos algo qué el dia anterior nos habiamos dejado en el camino, una cartulina, un lapiz e incluso algun que otro abrigo.
Una vez en los patios pocas ganas de jugar teniamos.
Esperabamos con paciencia la hora en la que el maestro nos decia¡ya podeis levantaros!, la vuelta era rapida, a volandas nos llevaban los mayores a los más pequeños.Mi perro pequeño de color canela sabia a la hora que llegábamos e impaciente ya me esperaba en el camino junto a mi abuela.Apesar del cansancio del camino, siempre jugamos.
Con los ultimos claros ya esperaba junto a mi perro en el camino, las pequeñas luces a lo lejos de Carlos el panadero, siempre tuvo un detalle para mi y yo lo compartia con mi perro.Bajo la luz de la Luna los ancianos nos contaban relatos e historias estupendas, mientras con sus habilidosas manos no paraban de "esfarfollar"las panochas, algun que otro percance tuvimos los crios al tirarnos encima de la "farfolla".Al dia siguiente nos perdiamos otra vez en aquel polvoriento camino.En dias de lluvia cada tres niños un paraguas.
Hueseño, al ver tú comentario me a dado alegria y he querido aportar como yo lo vivi, perdona.
Martinico.