R:M, de la posada que habia donde Molina tenia la tienda no me recuerdo, esto lo sé porque mi padre me lo a comentado.
Si, si que me acuerdo de un gran portón que habia junto a la tienda de la Remedios (la Meyos).Donde está ahora urgencias, antiguamente habia una pequeña habitación y en dias de comuniones, los fotógrafos que venían de Quesada la utilizaban para esa ocasión. Hubo una época en la que también utilizaron esa habitación como escuela, en la misma puerta habia un palo de la luz. Todo un Invierno estuve yendo a esa escuela, la maestra recuerdo que era de Martos, una gran persona, tal vez y por eso la querían reemplazar.
En los Inverna-les dias de Nieve salíamos enloquecidos y sin permiso de la maestra a jugar en la plaza con la nieve. Desde un ventanal la señora Remedios nos observaba, en su gesto una sonrisa de complicidad.El tio morante que de la pescaderia venia nos espantaba hacia el colegio.Durante el dia nunca se cerrado el viejo portón, aquel inmenso pasillo que nunca traspasemos, pero si que nos guarecíamos junto al viejo portón en dias de lluvia o nieve Aún recuerdo a la (Meyos)pasear del brazo de su novio, trás cerrar aquella vieja pescaderia.
La pescaderia del Gato, un Señor ya mayor, vociferaba una y otra vez lo fresco que era su pescado (pescaderia la Antóñica), la pescaderia tenia el nombre de su Señora.Aquel viejo autobús, fiel a su hora llegaba, las tres de la tarde, ancianos ataviados con unos papeles que nunca pudierón leer.
Azul oscuro era su traje, nunca salio a la calle sin su impecable traje, su cometido el de mantener el orden en la calle.Aquel olor a rancio en el viejo ayuntamiento, y sindical.Aquellos viejos cuadros uniformados.No se porque, pero siempre le tuve pánico entrar en el viejo ayuntamiento, ¿no sé porque?, pero era pánico y terror lo que me producía, y aqui lo dejo ya, pues me estoy yendo ya por los cerros de Ubeda con lo bien que iba, pero claro, puestos a recordar hay que recordarlo todo, como aún recuerdo el guantazo que me dio el Kiko siendo yo un niño de nueve años, nuestro delito, jugar en la pista a la salida del colegio en lo de los Serranos, dos dias de sordera, decirselo al profesor o maestro me aterraba, pues sus reacciones eran impredecibles, lo más seguro es que me hubiese castigado o me hubiese dado otro guantazo, era el mismo pánico y terror el que le tenia al municipal como a los maestros, siempre que me sacaban a la pizarra me quedaba bloqueado, era terror el que sentia al estar al lado de ellos ¿no se porque? (jarabe de palo)asi le llamaban a un trozo de madera que siempre tenian encima de la mesa, con la tabla en la mano, mirada seria y hostil, ¿ya me direis si de esa manera unos niños de ocho y nueve años podian sentir confianza y dialogo, todo lo contrario, terror y panico a la hora de entrar al colegio.
Esto son cosas que también forman parte de los recuerdos ya olvidados de cualquier pueblo.
Martinico.
Si, si que me acuerdo de un gran portón que habia junto a la tienda de la Remedios (la Meyos).Donde está ahora urgencias, antiguamente habia una pequeña habitación y en dias de comuniones, los fotógrafos que venían de Quesada la utilizaban para esa ocasión. Hubo una época en la que también utilizaron esa habitación como escuela, en la misma puerta habia un palo de la luz. Todo un Invierno estuve yendo a esa escuela, la maestra recuerdo que era de Martos, una gran persona, tal vez y por eso la querían reemplazar.
En los Inverna-les dias de Nieve salíamos enloquecidos y sin permiso de la maestra a jugar en la plaza con la nieve. Desde un ventanal la señora Remedios nos observaba, en su gesto una sonrisa de complicidad.El tio morante que de la pescaderia venia nos espantaba hacia el colegio.Durante el dia nunca se cerrado el viejo portón, aquel inmenso pasillo que nunca traspasemos, pero si que nos guarecíamos junto al viejo portón en dias de lluvia o nieve Aún recuerdo a la (Meyos)pasear del brazo de su novio, trás cerrar aquella vieja pescaderia.
La pescaderia del Gato, un Señor ya mayor, vociferaba una y otra vez lo fresco que era su pescado (pescaderia la Antóñica), la pescaderia tenia el nombre de su Señora.Aquel viejo autobús, fiel a su hora llegaba, las tres de la tarde, ancianos ataviados con unos papeles que nunca pudierón leer.
Azul oscuro era su traje, nunca salio a la calle sin su impecable traje, su cometido el de mantener el orden en la calle.Aquel olor a rancio en el viejo ayuntamiento, y sindical.Aquellos viejos cuadros uniformados.No se porque, pero siempre le tuve pánico entrar en el viejo ayuntamiento, ¿no sé porque?, pero era pánico y terror lo que me producía, y aqui lo dejo ya, pues me estoy yendo ya por los cerros de Ubeda con lo bien que iba, pero claro, puestos a recordar hay que recordarlo todo, como aún recuerdo el guantazo que me dio el Kiko siendo yo un niño de nueve años, nuestro delito, jugar en la pista a la salida del colegio en lo de los Serranos, dos dias de sordera, decirselo al profesor o maestro me aterraba, pues sus reacciones eran impredecibles, lo más seguro es que me hubiese castigado o me hubiese dado otro guantazo, era el mismo pánico y terror el que le tenia al municipal como a los maestros, siempre que me sacaban a la pizarra me quedaba bloqueado, era terror el que sentia al estar al lado de ellos ¿no se porque? (jarabe de palo)asi le llamaban a un trozo de madera que siempre tenian encima de la mesa, con la tabla en la mano, mirada seria y hostil, ¿ya me direis si de esa manera unos niños de ocho y nueve años podian sentir confianza y dialogo, todo lo contrario, terror y panico a la hora de entrar al colegio.
Esto son cosas que también forman parte de los recuerdos ya olvidados de cualquier pueblo.
Martinico.