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HUELMA

1. HISTORIA DE HUELMA

Huelma, ubicada a unos 50 kilómetros de la Capital, situada en la Sierra Magina en el limite con la provincia de Granada, perteneciente a la provincia de Jaén.
Se han encontrado yacimientos arqueológicos de la cultura ibérica, con la famosa escultura, “Cabeza de Lobo” encontrado en el yacimiento “Cerro del Pajarillo” del siglo IV a. C.
Este santuario, era la puerta de entrada de un territorio controlado por un regulo ibérico en el valle del río Jandulilla y cuya sede central está ubicada en el gran asentamiento de Úbeda la Vieja. El santuario estaba formado por una torre central con un grupo de esculturas donde se representaba a un héroe que se enfrenta con un lobo, que tiene raptado a un personaje desnudo e inmovilizado. El monumento se completaba con figuras de dos grifos y dos leones descansando. El conjunto monumental se encuentra el museo Provincial de Jaén.
Tras la destrucción de los yacimientos del Pajarillo, la dominación romana hace su presencia y el área se transforma con la construcción de villas romanas de explotación agrícola.
Con la llegada de los ejércitos romanos, a partir del 182 a. C. se inicia la romanización en la región, donde se encuentra en la actualidad Huelma y fue testigo de la presencia de los ejércitos romanos de Julio Cesar y Pompeyo, que se disputaban el poder y que lo decidían en la batalla de Munda, cercana a este lugar.
Las tribus beticas que habitaban estas tierras, iniciaron en fecha del siglo I a. C., un proceso de urbanización que afectó a la Betica y a Penibética, conquistados por Graco y que el geógrafo Estrabon, consideraba en vez de “cives” o ciudades, más bien aldeas o poblados fortificados.
Los conocidos correspondientes al doblamiento betico eran: Urgavo Alba (Arjona), Villa Gaiena (Jaén), Iliturgi (Mengibar), Isturgi (Andujar) Tucci (Martos), Obulco (Porcuna) y Vergilia (Cambil).
Con la llegada de los árabes el 711, Tareq ocupo toda Hispania incluso posteriormente los árabes atravesarían los Pirineos hasta que fueron derrotados en Poitiers por Carlos Martel, sobrino del Emperador Carlomagno.
Durante la presencia musulmana en España, forma parte de la Cora de Jaén y tras la desintegración del Califato de Córdoba, entra en la segunda mitad del siglo XIII y a mediados del siglo XIV, es una plaza fronteriza y baluarte del reino nazarí de Granada, en tierras jienenses.
Es posteriormente en la Edad Media y tras la presencia musulmana, y cuando el poderío almohade alcanza su máximo apogeo tras la victoria contra el rey castellano leonés Alfonso VIII en Alarcos, en fecha 1195, cuando el monarca castellano reclama la ayuda de las milicias de la Extremadura castellana y Segovia obtiene nuevas mercedes.
En fecha 25 de marzo de 1190, Alfonso VIII entrega a Segovia un total de 19 aldeas, situadas entre los ríos Tajuña y Henares correspondientes al alfoz de Alcalá de Henares: El Alameda (Olmeda de las Fuentes), Ambid (Ambite), ArKhanda (Arganda), Campo de Almiareg (Campo Real), Caravanna (Carabaña), Guexo (Valverde deAlcalá). Lueches (Loeches), Orusco, Perales, Pezola (Pezueladelas Torres), Querencia, (Ambite), Tielmes, Valdehecha (Valdilecha), Valdemoro (despoblado en el término de Torres), Valdettures (Torres de la Alameda), Valmores (despoblado en el termino de Olmeda de las Fuentes), Valterra (despoblado en el termino de Arganda), Vilches (despoblado en el término de Arganda), El Villar (Villar del Olmo).
La razón primordial de esta cesión a Segovia es que el rey Alfonso VIII, en su labor repobladora, interviene frecuentemente en la determinación de los alfoces concediéndoles nuevas mercedes a los repobladores para qué su proximidad a los musulmanes, les motivará a trasladarse a estos lugares.
Tras la victoria posterior del rey Alfonso VIII contra el Imperio almohade en las Navas de Tolosa, en 1212, el peligro musulmán se aleja de la cuenca del Tajo y es el mismo rey Alfonso VIII quien vuelve a restituir estas aldeas al Arzobispado de Toledo
Por ser lugar fronterizo, entre los dos reinos, Castilla y Granada, se produjeron muchas hechos bélicos en este lugar y pasó varias veces a poder de uno u otro vecino, hasta que en el año 1438, le fue arrebatado a D. Iñigo López de Mendoza, Señor de Hita y de Buitrago, Capitán mayor y primer Marqués de Santillana. A este personaje, se le nombró, Alcalde perpetuo del Consejo de Baeza, en virtud del derecho establecido por Fernando III, El Santo en 1242. No obstante, en 1465, D. Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, cedía los derechos sobre Huelma, a su yerno, D. Beltran de la Cueva y éste, a su vez, a su padre D. Diego.
D. Beltran de la Cueva, válido de Enrique IV de Castilla, fue nombrado Señor en Sierra Magina, construyendo su castillo y la población pasó a ser centro de los partidarios del rey Enrique IV y después de los derechos de su hija, Dª Juana “La Beltraneja”.
Tras la conquista del reino de Granada por lo Reyes Católicos, esta villa entra en una etapa de estabilidad política que trajo un período de expansión económica y un incremento demográfico importante.
A finales de siglo XVII, a pesar de las epidemias y de la crisis económica, se mantiene una población de quinientos vecinos y en el siglo XVIII, fue aumentando demográficamente alcanzando hasta 3000 vecinos.
Durante la invasión francesa, este lugar fue ocupado por el general francés Sebastián, que fue quien desbasto el sitio, prendiendo fuego al abandonarlo... Durante el siglo XX se comenzó a explotar la riqueza minera con él lápiz de plano y con una agricultura floreciente y su población elevó a 9000 vecinos aproximadamente.
Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías del famoso guerrillero, el Brigadier Francisco Abad Moreno “El Chaleco” quien dirigía su partida de patriotas y fue el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas en la comarca de Despeñaperros.
En el año 1833, Javier de Burgos, ministro de Fomento, realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Huelma, dentro de la provincia de Jaén.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolid