FRAILES: muy buena cronica lo he pasao chache leyendola como...

A esas alturas las piernas empiezan a quejarse, pero a pesar de todo no me impedían hacer una buena media de velocidad, para eso colaboraban las zetas del paerón. Ya camino de Cuevaterriza, continúo pasando gente, alguien se pega una piña sin consecuencias en un terreno complicado. Camino de la cerecera alcanzo y saludo de nuevo a Isidro, y continuo por los cortijos del Saltaero, estaba en el tramo final, las fuerzas acompañaban, la bicicleta se sabía el camino, a punto de coronar el portillo del espinar, pasé a otros tres ciclistas que se quedaron un poco a cuadros. La pequeña bajada de los Rosales hacia de trampolín para afrontar la ultima pequeña subida del recorrido en dirección hacia las puertas de Frailes. Todo iba sobre ruedas, nunca mejor dicho, pero justo cuando faltaba un kilometro para meta ¡plof!, un bachetazo y rueda trasera de nuevo pinchada. Monto otra cámara pero resulta que también estaba pinchada, me dispongo a arreglar el pinchazo, pero resulta que no tengo disolución para los parches ¡arrrgggg!, intenté otros métodos pero no había manera, ya me veía entrando en la meta con la telaraña a hombros. Llegó Isidro e intentó ayudarme pero él tampoco tenía medios. Pero no había por qué preocuparse, esto es ciclismo y en el ciclismo hay compañerísmo. Al primero que se me antojó le pedí un parche, o pegamento, y él directamente me dio una cámara. Gracias a esto conseguí cruzar la línea de meta a lomos de la telaraña, donde me estaba esperando mi sobrino el novel cosechero (que por cierto, este año no ha habido buena cosecha, o sea que no hay vino) con la botella de powerade y mi capi para darme la enhorabuena, besitos muac muac muac abrazos y la foto de rigor. Desde aquí quiero darle las gracias por el apoyo constante en esta y en otras aventuras, siempre está ahí y eso es importante, GRACIAS CAPI. Gracias también a todos los compañeros, a los que vi más, a los que vi menos, a todos en general porque gracias a todos ellos éste ha sido un dessafío especial.
Como guinda, para la bicicleta un buen lavado y para el ciclista unos buenos macarrones a la boloñesa, por cortesía del ayuntamiento y el saber hacer del amigo Montes, asunto éste que ha dejado a Frailes a ojos de las más de dos mil personas venidas de fuera, en el sitio que se merece, en lo más alto.
Perdonar la extensión, pero es que son 100 KILOMETROS de montaña.

muy buena cronica lo he pasao chache leyendola como le he dicho a mi primo sois motivo de orgullo parami gracias