Buenas noches foreros.
Esta es una pequeña historia de uno de nuestros minipinchiteros.
Con once años tuvo la mala suerte de heredar todo lo que su padre tenía. Entre esas cosas una pequeña viña. Este año decidió coger las riendas y encargarse él de la vendimia y posterior eleboracion del vino, como todos los años se venía haciendo en la casa de sus abuelos. Así que ni corto ni perezoso cogió a sus titos Inma y Juan, cada uno de una oreja y allá que nos llevó de vendimia. Despues de recoger el preciado fruto, él y sólo él, fué el encargado por voluntad propia de realizar el laborioso trabajo de la extracción del zumo de todas y cada una de las uvas que se recogieron.
Parece ser que tanto trabajo a dado yá el resultado que se buscaba: el preciado vino del terreno.
Ahora que pasa, pues que a la mayoría de nosotros no le gusta ni le ha gustado nunca el vino.
Pensábamos que tanto trabajo no se iba a ver recompensado, pero resulta que éste astuto pinchitero yá había pensado en todo eso: le preguntamos, ¿que vás ha hacer con tanto vino, si nadie lo bebemos?, no lo dudó ni un segundo, ¡lo vendo!, contestó al instante. Y en eso está, intentando sacar al fruto de su trabajo unas pelillas, que le permitan sufragar los cuantiosos gastos que tiene como miniadolescente que es. Así que yá sabéis, pinchiteros y demás criaturas, el vino del terreno está en su punto, totalmente natural, nada de conservantes, nada de colorantes, nada de etc, etc.
Por cierto, él no sabe nada de éste mensaje, me gustaría ver la cara que pone cuando alguien relativamente anónimo o ajeno a ésta su historia, le parase por la calle y le preguntara que a como vende el vino y si tiene mucho. Yo no se lo he preguntado, además sería previsible y no tendría el mísmo efecto. Yo creo que aunque sólo sea por éste motivo, merece la pena preguntarle.
Saludos para todos.
Esta es una pequeña historia de uno de nuestros minipinchiteros.
Con once años tuvo la mala suerte de heredar todo lo que su padre tenía. Entre esas cosas una pequeña viña. Este año decidió coger las riendas y encargarse él de la vendimia y posterior eleboracion del vino, como todos los años se venía haciendo en la casa de sus abuelos. Así que ni corto ni perezoso cogió a sus titos Inma y Juan, cada uno de una oreja y allá que nos llevó de vendimia. Despues de recoger el preciado fruto, él y sólo él, fué el encargado por voluntad propia de realizar el laborioso trabajo de la extracción del zumo de todas y cada una de las uvas que se recogieron.
Parece ser que tanto trabajo a dado yá el resultado que se buscaba: el preciado vino del terreno.
Ahora que pasa, pues que a la mayoría de nosotros no le gusta ni le ha gustado nunca el vino.
Pensábamos que tanto trabajo no se iba a ver recompensado, pero resulta que éste astuto pinchitero yá había pensado en todo eso: le preguntamos, ¿que vás ha hacer con tanto vino, si nadie lo bebemos?, no lo dudó ni un segundo, ¡lo vendo!, contestó al instante. Y en eso está, intentando sacar al fruto de su trabajo unas pelillas, que le permitan sufragar los cuantiosos gastos que tiene como miniadolescente que es. Así que yá sabéis, pinchiteros y demás criaturas, el vino del terreno está en su punto, totalmente natural, nada de conservantes, nada de colorantes, nada de etc, etc.
Por cierto, él no sabe nada de éste mensaje, me gustaría ver la cara que pone cuando alguien relativamente anónimo o ajeno a ésta su historia, le parase por la calle y le preguntara que a como vende el vino y si tiene mucho. Yo no se lo he preguntado, además sería previsible y no tendría el mísmo efecto. Yo creo que aunque sólo sea por éste motivo, merece la pena preguntarle.
Saludos para todos.