FRAILES: Y que lo digas, qué razón tienes, tocayo, ¡qué tiempos...

Que buenos momentos hemos pasado casa la Adela sobre todo cuando ibamos a misa y no aguantabamos el dircurso del cura, siempre estaba ahi la Adela con tu cerveza El alcazar y las aceitunas.

Y que lo digas, qué razón tienes, tocayo, ¡qué tiempos aquellos! sin estrés, sin desconfianzas, sin.... tanto vicio como hoy abunda por tos laos, sin ese espíritus de sacrificio tan arraigado. Lo comento mucho con los amigos de hoy, les digo:”En mi pueblo, si en un momento dado, a un amigo, le daba una patada en los cataplines. Éste con los susodichos rotos, exclamaba, perdona Paco, pero qué te he hecho hombre”, o sea, de un principio se sentía culpable. ¿Os habéis encontrado algo parecido hoy en día por ahí? Yo no y es lo que más añoro.
Saludos, Belmontes.