Me guataría que los que contestan a mi
mensaje insultándome lo vuelvan a leer, porque creo que en mi escrito no insulto a nadie y solo cuento una realidad que está a la vista de todos. Yo no soy quien mantiene un callejero franquista, ni quien en campaña electoral utiliza los medios municipales para darse bombo, ni quien empadrona a gente que no la conoce en Chiclana ni la madre que la parió, ni quien niega el voto a un hijo del
pueblo, ni, en definitiva, quien tiene al pueblo sumido en el más absoluto
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