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Monday 21 february 2011 1 21 /02 /Feb /2011 00:00
La desvergüenza de los Cursos de F. P. O.
Parece mentira donde estamos llegando con la gestión de los Cursos de FPO (Formación Profesional Ocupacional), llamados últimamente Cursos de Formación para el Empleo, porque de forma general integran tanto a los cursos que se organizan para personas desempleadas, como para personas ocupadas. Es decir, integran tanto a los antiguos cursos de FPO, para desempleados, como a los antiguos cursos de FORCEM, de formación continua para trabajadores en activo. Me voy a centrar para mi crítica en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), dependiente de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, no sé cómo actuarán el resto de los Servicios de Empleo de las diferentes Comunidades Autónomas, pero en cualquier caso, lo hago extrapolable también a todas ellas.
Pues bien, el origen del problema hay que situarlo en la avalancha de parados a que estamos asistiendo en los últimos años (dicho sea de paso, por el estallido de la crisis económica a que nos llevan gobiernos y políticas neoliberales, como la que practica este Gobierno), debido a lo cual las políticas activas de empleo han intentado hacer girar sobre los cursos de formación todo el control de las personas sin empleo, y claro, dicho control se ha agudizado cada vez más, pues cada vez eran más las personas desempleadas, que como a su vez mantenían la situación de paro durante más tiempo, cada vez estaban más en el punto de mira del SAE a la hora de atender sus necesidades formativas. Se creó inicialmente lo que se dió en llamar el Plan MENTA, que simplemente establecía una urgencia formativa (y una preferencia en la selección) para los parados de largo recorrido y los jóvenes, los dos sectores más desfavorecidos. Este Plan fue un auténtico desastre, y después vinieron las políticas "de limosna" del Gobierno, con la prestación de los 426 euros para los parados de larga duración, o que hubiesen agotado ya todas sus prestaciones por desempleo (la última rebaja ha dejado esta prestación en 400 euros). El tema es que cada vez más, los cursos de formación están en el ojo del huracán, en el sentido de ser el punto de mira principal para dedicar de manera eficaz los recursos de formación a las personas que los necesitan.
Y llegados a este punto, es decir, cuando el SAE debería hacer un mejor control sobre dichos colectivos, pero sobre todo MÁS ÁGIL, puesto que estamos hablando de auténticas situaciones de urgencia, es donde estallan los problemas por todas partes, y se pone de manifiesto una vez más la incompetencia de esta Administración Pública, conducida por estos ineptos que nos gobiernan, y que se ven desbordados ante la situación de caos creada. ¿De dónde vienen los problemas? Básicamente, toda la gestión de los cursos la llevaban anteriormente los Centros Colaboradores, terceras empresas, normalmente privadas, en los que el SAE descargaba todo lo que tenía que ver con publicidad, gestión de solicitudes, establecimiento de criterios y filtros de selección, entrevistas personales, baremación de los cursos, etc., en resumidas cuentas, todo lo que tiene que ver con la gestión de los cursos. Este modo de funcionamiento ha cambiado, de tal forma que ahora toda la parte de gestión de los cursos es llevada a cabo por el propio SAE, que junto con todos los nuevos criterios, nueva normativa, unido a que siguen manteniendo el mismo personal en las oficinas del SAE, resulta en un caos total, una pescadilla que se muerde la cola, pues unos problemas se encadenan con otros, y así llevamos en esta situación casi dos años, sin más cursos convocados que aquéllos que pertenecían a convocatorias de años anteriores. Veamos resumidamente el panorama de caos actual:
1.- Las Entidades Organizadoras o Impartidoras no pueden publicitar ahora sus cursos, lo tienen expresamente prohibido por el nuevo sistema, de tal forma que los posibles alumnos de los mismos no se pueden enterar por este medio.
2.- Pudiera pensarse que dicha publicidad la tienen en las propias Oficinas del SAE, pero resulta que tampoco está allí, por todo el lío que tienen organizado con la gestión de los cursos, y cuando está, está incompleta, o no es real, o simplemente no es la que los usuarios desean o necesitan para su formación.
3.- El SAE realiza ahora la selección de las Entidades, el despliegue de los cursos, la recepción de solicitudes (que no existen porque los usuarios no conocen la existencia de dichos cursos), los criterios de selección y de filtro (con total desconocimiento de los mismos, pues ellos no pueden realizar entrevistas personales para todos los alumnos de todas las especialidades), la baremación, y finalmente la asignación de los alumnos a los cursos, finalizado todo lo cual lo comunican a la Entidad correspondiente para que proceda a ultimar los preparativos para el comienzo del curso.
Como unos puntos se retroalimentan de otros, resulta que estamos en un ciclo sin salida desde hace mucho tiempo, con una situación realmente indignante: los profesionales que nos dedicamos a la formación queriendo comenzar a trabajar en nuestros cursos, las Entidades queriendo organizarlos y comenzarlos, el SAE queriendo dar servicio a los desempleados, y los desempleados queriendo formarse, y ningún actor puede llevar a cabo su tarea, por incompetencia manifiesta de este Gobierno para cumplir sus objetivos. Realmente vergonzoso.
Monday 21 february 2011 1 21 /02 /Feb /2011 00:00
La desvergüenza de los Cursos de F. P. O.
Parece mentira donde estamos llegando con la gestión de los Cursos de FPO (Formación Profesional Ocupacional), llamados últimamente Cursos de Formación para el Empleo, porque de forma general integran tanto a los cursos que se organizan para personas desempleadas, como para personas ocupadas. Es decir, integran tanto a los antiguos cursos de FPO, para desempleados, como a los antiguos cursos de FORCEM, de formación continua para trabajadores en activo. Me voy a centrar para mi crítica en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), dependiente de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, no sé cómo actuarán el resto de los Servicios de Empleo de las diferentes Comunidades Autónomas, pero en cualquier caso, lo hago extrapolable también a todas ellas.
Pues bien, el origen del problema hay que situarlo en la avalancha de parados a que estamos asistiendo en los últimos años (dicho sea de paso, por el estallido de la crisis económica a que nos llevan gobiernos y políticas neoliberales, como la que practica este Gobierno), debido a lo cual las políticas activas de empleo han intentado hacer girar sobre los cursos de formación todo el control de las personas sin empleo, y claro, dicho control se ha agudizado cada vez más, pues cada vez eran más las personas desempleadas, que como a su vez mantenían la situación de paro durante más tiempo, cada vez estaban más en el punto de mira del SAE a la hora de atender sus necesidades formativas. Se creó inicialmente lo que se dió en llamar el Plan MENTA, que simplemente establecía una urgencia formativa (y una preferencia en la selección) para los parados de largo recorrido y los jóvenes, los dos sectores más desfavorecidos. Este Plan fue un auténtico desastre, y después vinieron las políticas "de limosna" del Gobierno, con la prestación de los 426 euros para los parados de larga duración, o que hubiesen agotado ya todas sus prestaciones por desempleo (la última rebaja ha dejado esta prestación en 400 euros). El tema es que cada vez más, los cursos de formación están en el ojo del huracán, en el sentido de ser el punto de mira principal para dedicar de manera eficaz los recursos de formación a las personas que los necesitan.
Y llegados a este punto, es decir, cuando el SAE debería hacer un mejor control sobre dichos colectivos, pero sobre todo MÁS ÁGIL, puesto que estamos hablando de auténticas situaciones de urgencia, es donde estallan los problemas por todas partes, y se pone de manifiesto una vez más la incompetencia de esta Administración Pública, conducida por estos ineptos que nos gobiernan, y que se ven desbordados ante la situación de caos creada. ¿De dónde vienen los problemas? Básicamente, toda la gestión de los cursos la llevaban anteriormente los Centros Colaboradores, terceras empresas, normalmente privadas, en los que el SAE descargaba todo lo que tenía que ver con publicidad, gestión de solicitudes, establecimiento de criterios y filtros de selección, entrevistas personales, baremación de los cursos, etc., en resumidas cuentas, todo lo que tiene que ver con la gestión de los cursos. Este modo de funcionamiento ha cambiado, de tal forma que ahora toda la parte de gestión de los cursos es llevada a cabo por el propio SAE, que junto con todos los nuevos criterios, nueva normativa, unido a que siguen manteniendo el mismo personal en las oficinas del SAE, resulta en un caos total, una pescadilla que se muerde la cola, pues unos problemas se encadenan con otros, y así llevamos en esta situación casi dos años, sin más cursos convocados que aquéllos que pertenecían a convocatorias de años anteriores. Veamos resumidamente el panorama de caos actual:
1.- Las Entidades Organizadoras o Impartidoras no pueden publicitar ahora sus cursos, lo tienen expresamente prohibido por el nuevo sistema, de tal forma que los posibles alumnos de los mismos no se pueden enterar por este medio.
2.- Pudiera pensarse que dicha publicidad la tienen en las propias Oficinas del SAE, pero resulta que tampoco está allí, por todo el lío que tienen organizado con la gestión de los cursos, y cuando está, está incompleta, o no es real, o simplemente no es la que los usuarios desean o necesitan para su formación.
3.- El SAE realiza ahora la selección de las Entidades, el despliegue de los cursos, la recepción de solicitudes (que no existen porque los usuarios no conocen la existencia de dichos cursos), los criterios de selección y de filtro (con total desconocimiento de los mismos, pues ellos no pueden realizar entrevistas personales para todos los alumnos de todas las especialidades), la baremación, y finalmente la asignación de los alumnos a los cursos, finalizado todo lo cual lo comunican a la Entidad correspondiente para que proceda a ultimar los preparativos para el comienzo del curso.
Como unos puntos se retroalimentan de otros, resulta que estamos en un ciclo sin salida desde hace mucho tiempo, con una situación realmente indignante: los profesionales que nos dedicamos a la formación queriendo comenzar a trabajar en nuestros cursos, las Entidades queriendo organizarlos y comenzarlos, el SAE queriendo dar servicio a los desempleados, y los desempleados queriendo formarse, y ningún actor puede llevar a cabo su tarea, por incompetencia manifiesta de este Gobierno para cumplir sus objetivos. Realmente vergonzoso.