Sombras de amiguismo y parcialidad en el Instituto de Estudios Giennenses (IEG)
El investigador Luis Miguel Sánchez Tostado
impugna el premio “Alfredo Cazabán” 2010
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La galardonada, Adela Tarifa Fernández, que recibió 3.500 euros de premio, es miembro del jurado (según las bases oficiales), consejera y vicedirectora del IEG, vocal de su Consejo Rector y miembro de la Comisión de Publicaciones. Al premio habían concurrido cuatro trabajos de investigación histórica. Se solicita que el premio se declare desierto y depurar responsabilidades.
Las irregularidades detectadas en la concesión del premio “Alfredo Cazabán” de historia 2010 que organiza el Instituto de Estudios Giennenses, han puesto en entredicho la imparcialidad del Jurado y de la misma Institución otorgando a la galardonada una influyente y decisiva ventaja sobre el resto de los participantes que optaban al premio. El hecho es tan escandaloso que tanto la Diputación Provincial como el mismo IEG, por respeto a las mínimas reglas de la ética, deberían declarar el premio desierto y depurar las responsabilidades a las que hubiere lugar por los responsables de tamaño desatino, impropio en un Estado de Derecho democrático. ¿Nadie va a dimitir?
Más información en: http://www. sancheztostado. com/premio_ieg_2010. php
El investigador Luis Miguel Sánchez Tostado
impugna el premio “Alfredo Cazabán” 2010
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La galardonada, Adela Tarifa Fernández, que recibió 3.500 euros de premio, es miembro del jurado (según las bases oficiales), consejera y vicedirectora del IEG, vocal de su Consejo Rector y miembro de la Comisión de Publicaciones. Al premio habían concurrido cuatro trabajos de investigación histórica. Se solicita que el premio se declare desierto y depurar responsabilidades.
Las irregularidades detectadas en la concesión del premio “Alfredo Cazabán” de historia 2010 que organiza el Instituto de Estudios Giennenses, han puesto en entredicho la imparcialidad del Jurado y de la misma Institución otorgando a la galardonada una influyente y decisiva ventaja sobre el resto de los participantes que optaban al premio. El hecho es tan escandaloso que tanto la Diputación Provincial como el mismo IEG, por respeto a las mínimas reglas de la ética, deberían declarar el premio desierto y depurar las responsabilidades a las que hubiere lugar por los responsables de tamaño desatino, impropio en un Estado de Derecho democrático. ¿Nadie va a dimitir?
Más información en: http://www. sancheztostado. com/premio_ieg_2010. php