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CASTILLO DE LOCUBIN: (...) Los que tienen dinero juzgan a los demás por...

(...) Los que tienen dinero juzgan a los demás por la ropa que llevan, por el coche que
conducen, por la casa en la que viven, es decir, por el valor monetario de las cosas
materiales que poseen, en vez de por las cualidades de la misma persona, lo cual
demuestra su “inteligencia”. ¿Qué podemos esperar de semejantes élites que
gobiernan el mundo? Está claro que por mucha carrera que estudien en prestigiosas
universidades, el carácter, el contexto social o familiar de las clases pudientes está tan
viciado que no puede esperarse nada bueno de semejante gente. El hábito no hace al
monje. El mundo está lleno de catedráticos, de doctores, de ingenieros, de licenciados,
que son auténticos patanes. Lo cual demuestra que algo falla también en el sistema
educativo, pero éste es otro tema. Ellos que se creen superiores a los demás
simplemente por haber tenido la suerte de nacer en ciertas casas, por llevar ropa de

marca, por poseer tal coche de lujo, por vivir en tal barrio, por tener tal título
universitario, no son luego capaces de sobrellevar lo que cualquier pobre soporta a
diario, se hunden a la mínima de cambio en cuanto papá o mamá no les dan
cobertura, en cuanto no viven entre algodón. ¡Cuántos niños de papá arruinan los
negocios heredados! ¡Qué diferencia entre el padre que partiendo de la nada consigue
llegar alto por su propio esfuerzo y el hijo que partiendo de arriba no sabe mantenerse
arriba! Ellos que nos dicen que la lucha de clases es cosa del pasado, nos declaran la
guerra constantemente con su permanente clasismo. Ellos que procuran por todos los
medios que la clase trabajadora no tenga conciencia de clase, tienen ésta bien
desarrollada (...).

José López, La causa republicana.