La verdad es que nadie da las órdenes de hacer esto o lo otro en la
procesión. Son los que llevan la
Virgen los que sobre la marcha actúan de una u otra manera. Por tanto el cese de esa
tradición ha sido espontáneo.
Hay una manera de recuperarla. Cuando el paso se acerque a la
casa citada, dile a los que lleven la Virgen por delante que lo hagan, seguro que no les importa.