Yo también estuve tres años en la escuela parroquial, que estaba en dicha plaza; hoy es la Casa del Pueblo del PSOE zalameño, ¡cómo cambian los tiempos! Como dice Jose Pedro, el maestro era don Idelfonso (me cuesta trabajo quitarle el don tantos años después), que tenía sus cosas malas (como bien dice Jose Pedro: los caraalsoles, la rígida disciplina, el abuso de la religión en pequeñajos como nosotros...) y también sus cosas buenas (pocos condiscípulos conozco que salieran malas personas; aprendimos responsabilidad, educación, saber estar, cálculo mental y geografía los sábados...). Tal vez sea verdad el rtefrán que dice "podrás olvidar con quien reíste, pero jamás olvidarás con quien lloraste". jomugar.