Buenas noches, mis queridas/dos amigas/os. de Santa Bárbara
Corroborando el adelanto que sobre mi salud os ha facilitado el emigo Antonio, efectivamente me encuento mejor. A tirar cohetes no voy a salir a la calle, pero al enterrador tampoco le voy a dar trabajo de momento.
GENOVEVA: ¡Qué guapa tu madre! Si eres de guapa como ella, ya no te hace falta sumar la guapura de tu padre.
SEVE. No creas que se me ha olvidado la pregunta de hacia donde está el Barranco del Fresno. Benita va en la buena dirección. Yo lo he cruzado avrias veces acompañando a mi padre a la Cumbre El Torno y a La joya. Está situado entre las dos riberas, cerca de la Mina de La Lancha. En invierno, suele ir crecido y es peligroso cruzarlo. En verano hasta los charcos hondos se secan.
Gracias por varias cosas: 1) Por preocuparte por mi salud. 2) por facilitarnos una lista pormenorizada de la composición y eleboración de los borrachos. 3) por hacerme ver que las contrarias no siempre están en contra.
Yo me he escapado por los pelos de una neumonía, gracias a mi contraria y amiga, Ana. Ella fué quien primero se percató de mi estado y enseguida entró en contacto con Marian para que me llevara a URGENCIAS. Ya te digo, me salvó la campana, dicho en términos boxísticos.
Eso de que yo soy el mejor médico de mi cuerpo, que se lo cuenta ahora a otros.
ANTONIO: Tú en Alkatraz no estarás, pero un poco desesperao si te encuentro por permanecer tanto tiempo privado de libertad. Más que de libertad, yo diría que de movimientos. Anque de vez en cuando dices que tienes un bis a bis con tu nieto y nitecitas. Eso te recargará las pilas, supongo.
EMIGRAO: ¿Como te encuentras campeón? Pobre Beni, ¡como te va a echar de menos! Bueno, la Beni, los concursantes y, ¡como no! todos los del chat de HR.
No penséis que a quienes no cito en este comentario no estaís en mi memoria y en mi gratitud por vuestro interés manifestado por mi salud. Lo estaís y lo estaréis siempre.
Aqui os dejo unas reflexiones de un alicaído.
Pero me propongo recuperarme pronto y a ello me está ayudando un fuerte tratamiento de antibióticos.
Cuando la salud nos falta
qué débiles nos sentimos
Todo se nos hace noche
al día no percibimos.
La luz, se nos torna sombra,
la sombra anula sentidos,
sentidos, que atrofiados,
no ven nada en positivo.
Que es una perfecta máquina,
del cuerpo humano decimos,
mas, tratándose del nuestro,
ya no pensamos lo mismo.
Vemos que un mero catarro,
complica nuestro organismo.
Ya no funciona tan bien,
aquello que todos dijimos.
Los pulmones que tenemos
ya no son los que tubimos,
El corazón no responde
como cuando éramos niños.
Los riñones se resienten
por tantos años activos;
el hígado ya no aguanta
como aguantaba, os digo.
Los ojos miran al suelo
con gesto triste y cansino,
la voz se nos entrecorta
y oyen menos los oídos.
Las fuerzas nos abandonan
a nuestro libre albedrío,
y antes de echarnos a andar
limpio ha de estar el camino.
Los recuerdos de otros tiempos
no alivian lo que sufrimos;
pero nos permiten ver
que no somos lo que fuimos.
Levantemos la moral
con fuerza y con optimismo,
pero sin tirar faroles,
sin engañarse a sí mismo.
Sin pretender que seamos
los moradores del limbo.
Somos aquellas personas
que hace tiempo que nacimos.
¡Cuánta reflexión merece
esa salud de uno mismo!
¡Qué poca atención prestamos,
hasta no estar en peligro!
Y ahora, ¿que? Pues como decíamos en El Cerro cuando se instauró el servicio de Damas: Son las 12. A ver el satélite, ver la Dama, una chorraíta, y a la cama. (Beni, contaria de Seve, ¿no me digas que no te acuerdas de aquello?
Creo que se me nota bastante alegrillo. Vosotros tenéis parte de la culpa de que sea así.
Agur.
Corroborando el adelanto que sobre mi salud os ha facilitado el emigo Antonio, efectivamente me encuento mejor. A tirar cohetes no voy a salir a la calle, pero al enterrador tampoco le voy a dar trabajo de momento.
GENOVEVA: ¡Qué guapa tu madre! Si eres de guapa como ella, ya no te hace falta sumar la guapura de tu padre.
SEVE. No creas que se me ha olvidado la pregunta de hacia donde está el Barranco del Fresno. Benita va en la buena dirección. Yo lo he cruzado avrias veces acompañando a mi padre a la Cumbre El Torno y a La joya. Está situado entre las dos riberas, cerca de la Mina de La Lancha. En invierno, suele ir crecido y es peligroso cruzarlo. En verano hasta los charcos hondos se secan.
Gracias por varias cosas: 1) Por preocuparte por mi salud. 2) por facilitarnos una lista pormenorizada de la composición y eleboración de los borrachos. 3) por hacerme ver que las contrarias no siempre están en contra.
Yo me he escapado por los pelos de una neumonía, gracias a mi contraria y amiga, Ana. Ella fué quien primero se percató de mi estado y enseguida entró en contacto con Marian para que me llevara a URGENCIAS. Ya te digo, me salvó la campana, dicho en términos boxísticos.
Eso de que yo soy el mejor médico de mi cuerpo, que se lo cuenta ahora a otros.
ANTONIO: Tú en Alkatraz no estarás, pero un poco desesperao si te encuentro por permanecer tanto tiempo privado de libertad. Más que de libertad, yo diría que de movimientos. Anque de vez en cuando dices que tienes un bis a bis con tu nieto y nitecitas. Eso te recargará las pilas, supongo.
EMIGRAO: ¿Como te encuentras campeón? Pobre Beni, ¡como te va a echar de menos! Bueno, la Beni, los concursantes y, ¡como no! todos los del chat de HR.
No penséis que a quienes no cito en este comentario no estaís en mi memoria y en mi gratitud por vuestro interés manifestado por mi salud. Lo estaís y lo estaréis siempre.
Aqui os dejo unas reflexiones de un alicaído.
Pero me propongo recuperarme pronto y a ello me está ayudando un fuerte tratamiento de antibióticos.
Cuando la salud nos falta
qué débiles nos sentimos
Todo se nos hace noche
al día no percibimos.
La luz, se nos torna sombra,
la sombra anula sentidos,
sentidos, que atrofiados,
no ven nada en positivo.
Que es una perfecta máquina,
del cuerpo humano decimos,
mas, tratándose del nuestro,
ya no pensamos lo mismo.
Vemos que un mero catarro,
complica nuestro organismo.
Ya no funciona tan bien,
aquello que todos dijimos.
Los pulmones que tenemos
ya no son los que tubimos,
El corazón no responde
como cuando éramos niños.
Los riñones se resienten
por tantos años activos;
el hígado ya no aguanta
como aguantaba, os digo.
Los ojos miran al suelo
con gesto triste y cansino,
la voz se nos entrecorta
y oyen menos los oídos.
Las fuerzas nos abandonan
a nuestro libre albedrío,
y antes de echarnos a andar
limpio ha de estar el camino.
Los recuerdos de otros tiempos
no alivian lo que sufrimos;
pero nos permiten ver
que no somos lo que fuimos.
Levantemos la moral
con fuerza y con optimismo,
pero sin tirar faroles,
sin engañarse a sí mismo.
Sin pretender que seamos
los moradores del limbo.
Somos aquellas personas
que hace tiempo que nacimos.
¡Cuánta reflexión merece
esa salud de uno mismo!
¡Qué poca atención prestamos,
hasta no estar en peligro!
Y ahora, ¿que? Pues como decíamos en El Cerro cuando se instauró el servicio de Damas: Son las 12. A ver el satélite, ver la Dama, una chorraíta, y a la cama. (Beni, contaria de Seve, ¿no me digas que no te acuerdas de aquello?
Creo que se me nota bastante alegrillo. Vosotros tenéis parte de la culpa de que sea así.
Agur.