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SANTA BARBARA DE CASA: Buenas tardes, amigos de Santa Bárbara....

Buenas tardes, amigos de Santa Bárbara.

ANTONIO ESCUDERO: ¡Como me voy a olvidar de mis juegos de niñez! Dicen que los viejos que pierden la memoria, no se acuerdan de lo de hace poco, pero no se olvidan de sus tiempos de infancia o juventud. ¿Por qué iba a ser yo la excepción?

JUEGOS DE MI NIÑEZ

Los juegos de nuestra infancia
aunque nos quedan muy lejos,
nos vienen a la memoria,
y a recordarlos me ofrezco.

El juego de la "pistola",
-sin pistolas, por supuesto-;
eran dos bandas rivales,
corriendo por todo el pueblo.

Emboscados esperábamos,
a los “enemigos” nuestros,
para lanzarles un ¡Alto!,
contando los pasos luego.

Si esos pasos eran cinco,
de distancia hasta su cuerpo,
ya quedaba eliminado,
y se le daba por “muerto”

Terminaba la “batalla”
en el preciso momento,
en que uno de los bandos
quedaba sin elementos.

En el juego de bolindres,
-bolinches, se llamó en El Cerro-
los malos eran de barro,
y de piedra eran los buenos.

Los había de ‘tinaja’,
así llamados por cierto,
por tener el mismo temple
y dureza de esos tiestos.

Recuerdo el “corta tijeras”,
que era un corro muy bien hecho.
En torno al mismo girábamos
dos chavales y corriendo.

Llevaba el de atrás correa,
el de delante iba huyendo,
para evitar correazos
que el de atrás le iba ofreciendo.

“La comba” o “la rayuela”
“salto el moro”, por ejemplo.
o también “Juanillo el mismo”,
o “los nombres” o “hilo negro”

Aquél “esconder correa”,
‘Frío, frío’ iba diciendo.
Era con lo que orientaban
a quienes estaban lejos.

Las reglas de aquellos juegos,
en prosa me ofrezco a hacerlo,
pues para escribirlo en versos,
a tanto yo no me atrevo.

DOROTEO: Aunque yo no soy abuelo, percibí enseguida en tus versos, que iban dirigidos a tu nieta. Tanta ternura y cariño desprendían, que era dificil no darse cuenta.

Bueno, se me acabó el carrete por hoy. Un abrazo y Agur.