Buenas noches, amigos de Santa Bárbara.
ANTONIO ESCUDERO: Es muy posible que no me hayais echado en falta porque es muy poquito lo que aporto a este foro, pero hoy, repasando los últimos mensajes, he sentido la necesidad de poner mi granito de arena a tanta nostalgia. ¿Cómo hacerlo? Pués dejando unos versos que se me ocurrieron hace ya algún tiempo. Yo sé a quién me refiero en ellos, pero eso para mí se queda.
LA PALABRA CON VALOR DE LEY
Hace mucho tiempo
-no recuerdo ya-,
existió en mi pueblo
un hombre cabal.
Era su palabra,
su firma legal,
y siempre cumplía,
con puntualidad.
Una vez quisieron
al hombre engañar,
pero él les dijo:
“Del trato, ni hablar”
“Yo con mala gente
no quiero amistad.
Pregunto a los ojos
que dicen verdad”.
“Los vuestros son torvos,
no son de fiar;
los tratos conmigo
son de igual a igual”.
“No quiero papeles,
no hay necesidad,
y si alguien los quiere,
que vaya a otro lugar”
“La palabra dada
es como un aval,
si quien la pronuncia
no tiene maldad”.
¿Cuántos de estos quedan
en la actualidad?
Pienso que muy pocos
deben de quedar.
Moraleja: No se necesitaría tanta burocracia y tantos tribunales de justicia, si todos obráramos con dignidad, sin malicia y, sobre todo, sin egoísmos.
CAMINANTE: A tí seguro que se te echa en falta en el foro. Ya el verano y la playa quedaron atrás, aunque, como abuelo, estarás superocupado. Asómate un poquito a este postigo, ¡hombre!
ANTONIO ESCUDERO: Es muy posible que no me hayais echado en falta porque es muy poquito lo que aporto a este foro, pero hoy, repasando los últimos mensajes, he sentido la necesidad de poner mi granito de arena a tanta nostalgia. ¿Cómo hacerlo? Pués dejando unos versos que se me ocurrieron hace ya algún tiempo. Yo sé a quién me refiero en ellos, pero eso para mí se queda.
LA PALABRA CON VALOR DE LEY
Hace mucho tiempo
-no recuerdo ya-,
existió en mi pueblo
un hombre cabal.
Era su palabra,
su firma legal,
y siempre cumplía,
con puntualidad.
Una vez quisieron
al hombre engañar,
pero él les dijo:
“Del trato, ni hablar”
“Yo con mala gente
no quiero amistad.
Pregunto a los ojos
que dicen verdad”.
“Los vuestros son torvos,
no son de fiar;
los tratos conmigo
son de igual a igual”.
“No quiero papeles,
no hay necesidad,
y si alguien los quiere,
que vaya a otro lugar”
“La palabra dada
es como un aval,
si quien la pronuncia
no tiene maldad”.
¿Cuántos de estos quedan
en la actualidad?
Pienso que muy pocos
deben de quedar.
Moraleja: No se necesitaría tanta burocracia y tantos tribunales de justicia, si todos obráramos con dignidad, sin malicia y, sobre todo, sin egoísmos.
CAMINANTE: A tí seguro que se te echa en falta en el foro. Ya el verano y la playa quedaron atrás, aunque, como abuelo, estarás superocupado. Asómate un poquito a este postigo, ¡hombre!