Ya estamos en abril, ya huele a peña...todo es diferente, todo es especial en mi pueblo. En el corazon de un peñero el mes de abril es una cuenta atrás allá donde se encuentre. Ya vienen las prisas, los preparativos, la tristeza y nostalgia del que se encuetra lejos y no puede acudir a verte, madre de la peña, la alegria del mayordomo, el brillo en los ojos del niño que monta por primera vez en su caballo este sábado de peña junto a su padre, la ligereza de una manos de mujer ultimando un traje de gabacha, todos mirando al cielo a ver cómo va a estar el tiempo, el recuerdo emocionado a los que ya están en el cielo junto a ella...esto es la peña, esto y mucho más. Así es la puebla...sencilla, amante de su virgen de la peña y entregada a su romería. La peña es un antes y un después en la vida del puebleño, es el renacer de la primavera, es la renovación de nuestra fe como cristianos a través del amor que sentimos hacia ella.
Viva la virgen de la peña.
Viva la virgen de la peña.