"A CARMELO GONZALEZ". Ayer te soñé, Carmelo:/ ibas con ávila y Coro, / flotando de foro en foro/ por los rincones del Cielo./ Te vi con fecundo celo/ y castiza bonhomía/ repartiendo tu alegría/ por todos los mentideros, / que tu, don de los lepros, / floreces la lepería./ Pues tu, lepero cabal/ de la testa a los talones, / te llevaste tantos dones/ adobados con la sal/ de este viejo litoral/ de tu amada Andalucía, / que no se nos pasa un día/ sin recordar tu pasión/ manando del corazón/ de tu eterna lepería./ Por éso, mi buen Carmelo, / tu, con toda la ciencia/ y la infinita paciencia/ como morador del Cielo, / pondrás todo tu desvelo/ en aplacar las porfías/ y en hacer anchas las vías/ de las tertulias de Santos, / pues los curarán de espantos/ tus cantadas leperías./ Ser lepero, es cosa seria/ en este mundo sufrido, / es alumbrado encendido/ en una noche de feria./ Es como si la miseria/ hallara su gran riqueza, / o como si la tristeza/ descubriera la alegría, / cual nosotros, cada día, / descubrimos la belleza./ Esa belleza, Carmelo, / que tu tanto festejaste/ cuando por aquí buscaste/ esas veredas del Cielo./ Ya no será tu desvelo/ pues mora tu cercanía/ siendo más tuya que mía, / algo, mi querido amigo, / que siempre estuvo contigo/ por tu hermosa lepería./ Esa belleza que muestra/ nuestra querida Patrona/ y que a su vez nos la dona/ acabando siendo nuestra, / al fin y al cabo demuestra/ al de dentro y al de fuera/ que, aunque haya quién no quiera/ y lo crea un desatino, / es Bella por lo Divino/ pero también por LEPERA. "Jami".
