Vista Aérea 1992, LEPE

Leperillo que al mundo vienes: ¡no sabes la suerte que tienes! Ahí, comerás fresones que rima con... Jamones. ¡No seas mal pensado! Y también las leperillas tienen muchísima suerte, porque nacer en Lepe es cosa de buena gente, de infinito talento y extensa sabiduría...
Con éso del frío lepero hacía los veraneantes, me ha vuelto a la memoria mis antiquísimos años mozos leperos, en los que menda era un recalcitrante calentón sobre todo, con éllas, y, vaya si ejercí cada verano hermosas y reiteradas calenturas. Mi primo Antonio y yo, en collera, repartíamos unos calenturones Antilla arriba y abajo a las hambrientas uríes, que daba gloria... Hubo otros muchos que se contagiaron y todos, todos, eran leperos... ¿De dónde ha salido éso de nuestra frialdad?
"A CARMELO GONZALEZ". Ayer te soñé, Carmelo:/ ibas con ávila y Coro, / flotando de foro en foro/ por los rincones del Cielo./ Te vi con fecundo celo/ y castiza bonhomía/ repartiendo tu alegría/ por todos los mentideros, / que tu, don de los lepros, / floreces la lepería./ Pues tu, lepero cabal/ de la testa a los talones, / te llevaste tantos dones/ adobados con la sal/ de este viejo litoral/ de tu amada Andalucía, / que no se nos pasa un día/ sin recordar tu pasión/ manando del corazón/ de tu eterna...
A los leperos, hay quiénes nos consideran fríos con los veraneantes que vienen a nuestras costas. ¡Hombre...! ¿Si los que nos vienen lo hacen para refrescarse... ¿qué menos que ser "frescos" con éllos? Cualidad un tanto más llevadera que esa frialdad que nos suponen. Porque, imaginaros que, por el contrario, los asediáramos con nuestras calenturas... O sea, nos mostráramos calientes... Calientes... Calientes: ¿Qué dirían?
No soy de lepe pero la verdad es un pueblo muy bonito y lo mas bonito de to es mi leperito.