He leído esas inquietudes de un marocho de cara a las futuras vacaciones en el pueblo con sus hijos ya adolescentes. Un árbol se cría de acuerdo con los cuidos que le hayas dado cuando era un plantón. Si tú enseñaste a tu hijo de pequeño a ver museos, añorarán los museos. Si le enseñaste lo bonito del contacto con la naturaleza, la añorarán y les gustará ir al pueblo, etc., etc. Pero si sólo se desarrollaron en contacto con las amistades, ¡ojo!, porque muchas de ellas hoy día, sólo le enseñan el contacto con la discoteca o el cubata... Lo cual no quiere decir que tus hijos no hayan tenido la suerte de rodearse de buenos amigos, que haberlos, haylos. Esto que te expongo resulta ser fundamental. Yo soy de un pueblo de esa Sierra y lo palpo y lo he experimentado con mis hijos, ya mayores. Por supuesto, lo de museos lo digo a título de ejemplo. Ya sé que en los pueblos del tamaño de los nuestros no suele haberlos. Espero que estas observaciones les puedan servir a padres que estén en situaciones de ponerlas en práctica cuando todavía se está a tiempo.