¿Porqué compramos juguetes de una serie de hace veinte años como “Barrio Sesamo” para nuestros hijos y nietos que ni la conocen ni les gusta? Porque uno de los grandes motores del consumo actual es la añoranza. Desde juguetes como los Madelman, hasta detergentes como el jabón de Marsella, pasando por la música de los 70 y los 80 apelan a la añoranza que nos provoca un tiempo que ya pasó. Llegan incluso a asociar la añoranza a artículos tan modernos como las pizzas haciendo que la abuela se las sirva a su nieto ¿Quién puede resistirse al recuerdo de las comidas y el cariño de las abuelas?
Pues me llama poderosamente la atención la enorme añoranza que tienen por Encinasola los que se marcharon y el poco partido comercial que se le saca. La enorme añoranza es lógica pues los que se marcharon lo hicieron obligados por la necesidad dejando atrás a familia y amigos. Lo del poco partido comercial denota más un pueblo dormido. ¿Cómo se puede hablar de turismo rural si los propios marochos no vuelven?
Si le sumásemos a los miles de marochos que se fueron, las esposas y los hijos que han tenido fuera, y le sumamos los amigos, vecinos y compañeros, el número de personas que conocen por toda España el nombre de Encinasola es enorme. Pero si el pueblo no tira de sus hijos y nietos, si no es capaz de hacer que vuelvan de visita ¿Cómo pretende arrastrar a los vecinos, compañeros y amigos?
Un hijo de marocho.
Pues me llama poderosamente la atención la enorme añoranza que tienen por Encinasola los que se marcharon y el poco partido comercial que se le saca. La enorme añoranza es lógica pues los que se marcharon lo hicieron obligados por la necesidad dejando atrás a familia y amigos. Lo del poco partido comercial denota más un pueblo dormido. ¿Cómo se puede hablar de turismo rural si los propios marochos no vuelven?
Si le sumásemos a los miles de marochos que se fueron, las esposas y los hijos que han tenido fuera, y le sumamos los amigos, vecinos y compañeros, el número de personas que conocen por toda España el nombre de Encinasola es enorme. Pero si el pueblo no tira de sus hijos y nietos, si no es capaz de hacer que vuelvan de visita ¿Cómo pretende arrastrar a los vecinos, compañeros y amigos?
Un hijo de marocho.