¡Buenas tardes!
De nuevo asomado al postigo con la intención de hablar con quien pase por la calle.
MÁRQUEZ: Supe del fallecimiento de tu abuela cuando he estado en El Cerro. Hablé con tu tía-abuela Isabel. Desde luego que tu abuela fue una luchadora. ¡Cómo consiguió llevar el problema que le aquejaba tantísimos años!
Tu abuelo Pepe, será uno de los hombres a los que más respeto le profeso. Justo, equilibrado, razonable, comprensivo, generoso, amable, sincero, ¿sigo?
Pues sí, Suecia está un poco más allá de Tamujoso (apeadero de Renfe más próximo a El Cerro), incluso más allá de Valdelamusa.
¿Tu padre sigue de médico en Ayamonte? Un día de estos colgaré una foto suya, en la que aparece con un grupo de zagales de su edad.
Dani es el ‘secretario’ informático de sus padres (Juan el Cano y Beni Fernández). Espero que con la alusión tuya, se asome a esta ventana, bien en nombre propio o en el de sus progenitores.
ANTONIO ESCUDERO: Haces alusión a lo delicaditos que nos hemos vuelto en estos tiempos. ¡Cuántas comodidades, con las que ni siquiera soñábamos en nuestra infancia! Pero es que no se puede soñar con aquello que, o no existe, o no conocemos. Si yo digo aquí que a mis 5 años, la única prenda que me cubría era una especie de bata, sin calzoncillos ni camiseta, habrá quien no se lo crea, pero era la verdad. Tenía sus ventajas: para mear, bastaba con levantarse la batita, y, una vez hubiera terminado, dejarla caer. Esto lo viví estando en los arrozales de la Isla Mayor del Guadalquivir (Sevilla)
¿Qué niños de ahora serían capaces de hacer sillitas con los repiones de jara? ¿Quién, con una guita, sin cortarla, sería capaz de hacer una jáquima? Historias de viejos, ¿verdad? Si, historias; pero real como la vida misma. ¿Qué diferencia hay entre un coche teledirigido y una lata vacía de sardina, tirada por una cuerda, y llena de lo que hubiera a mano? Lo primero te lo dan hecho, pero lo segundo era tu inventiva quien lo conseguía.
Ah ¡había un problema añadido: dónde encontrar una lata.
Bueno, no nos pongamos excesivamente nostálgicos.
Claro que pasaba eso en mi pueblo, mi querido amigo.
CASTILLEJA: Cómo tú bien dices, para estar feliz hay que sentirse bien con uno mismo. Sobre todo, estar a bien con nuestra conciencia. El balance entre las cosas buenas y malas que hayamos sentido, ha de arrojar un saldo positivo. Mi opinión -y pretendo ser objetivo- es que no tengo la capacidad suficiente para hacer el mal. Por lo tanto, si alguna vez lo he hecho, ha sido involuntariamente y sin percatarme de ello.
A estas alturas de mi vida no me planteo siquiera el cambiar de proceder.
LA SANGRE DERRAMADA
¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.
.
¡Que no quiero verla!
La luna de par en par,
caballo de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño
con sauces en las barreras (...)
.
No.
Que no hay cáliz que la contenga,
que no hay golondrinas que se la beban,
no hay escarcha de luz que la enfríe,
no hay canto ni diluvio de azucenas,
no hay cristal que la cubra de plata.
No.
.
¡Yo no quiero verla!
Autor: F. García Lorca.
COUSO: Un día de estos volveré a reproducir aquí una antigua canción que nos enseñó tu tía Juana a Pedro el de Angelita y a mí, cuando él empezaba a tocar la guitarra. Es muy melodiosa, pero extraordinaria para cantarla en aquellas noches de ronda. Seguro que tú también rondaste a Luci. ¿Por qué se tienen que perder estas costumbres?
La mujer es un ser maravilloso, incluso más que el hombre, y como tal hay que tratarle; no es un objeto de usar y tirar.
EMIGRAO: Bueno, si te levantas a las 7, eso es menos madrugar. A esa hora he estado levantándome yo durante 33 años; algo así como 7.625 días laborables. Tuve la gran suerte de no tener que coger la baja más que una vez, y por espacio de 4 días. Eso no quiere decir que algunas veces no hubiera necesitado cogerla, pero hasta para eso soy un poco del traslarón. (Hoy se diría gilipuertas)
Tu habrás oído ese refrán que dice:
“Nunca dejes camino por coger verea; tú crees que adelantas, pero rodeas”.
El camino es tu curación completa y satisfactoria.
Cómo creo que ya me he ganao la peoná, me voy a ver el Sevilla-Recreativo de Huelva.
Un abrazo para todos. Agur.
De nuevo asomado al postigo con la intención de hablar con quien pase por la calle.
MÁRQUEZ: Supe del fallecimiento de tu abuela cuando he estado en El Cerro. Hablé con tu tía-abuela Isabel. Desde luego que tu abuela fue una luchadora. ¡Cómo consiguió llevar el problema que le aquejaba tantísimos años!
Tu abuelo Pepe, será uno de los hombres a los que más respeto le profeso. Justo, equilibrado, razonable, comprensivo, generoso, amable, sincero, ¿sigo?
Pues sí, Suecia está un poco más allá de Tamujoso (apeadero de Renfe más próximo a El Cerro), incluso más allá de Valdelamusa.
¿Tu padre sigue de médico en Ayamonte? Un día de estos colgaré una foto suya, en la que aparece con un grupo de zagales de su edad.
Dani es el ‘secretario’ informático de sus padres (Juan el Cano y Beni Fernández). Espero que con la alusión tuya, se asome a esta ventana, bien en nombre propio o en el de sus progenitores.
ANTONIO ESCUDERO: Haces alusión a lo delicaditos que nos hemos vuelto en estos tiempos. ¡Cuántas comodidades, con las que ni siquiera soñábamos en nuestra infancia! Pero es que no se puede soñar con aquello que, o no existe, o no conocemos. Si yo digo aquí que a mis 5 años, la única prenda que me cubría era una especie de bata, sin calzoncillos ni camiseta, habrá quien no se lo crea, pero era la verdad. Tenía sus ventajas: para mear, bastaba con levantarse la batita, y, una vez hubiera terminado, dejarla caer. Esto lo viví estando en los arrozales de la Isla Mayor del Guadalquivir (Sevilla)
¿Qué niños de ahora serían capaces de hacer sillitas con los repiones de jara? ¿Quién, con una guita, sin cortarla, sería capaz de hacer una jáquima? Historias de viejos, ¿verdad? Si, historias; pero real como la vida misma. ¿Qué diferencia hay entre un coche teledirigido y una lata vacía de sardina, tirada por una cuerda, y llena de lo que hubiera a mano? Lo primero te lo dan hecho, pero lo segundo era tu inventiva quien lo conseguía.
Ah ¡había un problema añadido: dónde encontrar una lata.
Bueno, no nos pongamos excesivamente nostálgicos.
Claro que pasaba eso en mi pueblo, mi querido amigo.
CASTILLEJA: Cómo tú bien dices, para estar feliz hay que sentirse bien con uno mismo. Sobre todo, estar a bien con nuestra conciencia. El balance entre las cosas buenas y malas que hayamos sentido, ha de arrojar un saldo positivo. Mi opinión -y pretendo ser objetivo- es que no tengo la capacidad suficiente para hacer el mal. Por lo tanto, si alguna vez lo he hecho, ha sido involuntariamente y sin percatarme de ello.
A estas alturas de mi vida no me planteo siquiera el cambiar de proceder.
LA SANGRE DERRAMADA
¡Que no quiero verla!
Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.
.
¡Que no quiero verla!
La luna de par en par,
caballo de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño
con sauces en las barreras (...)
.
No.
Que no hay cáliz que la contenga,
que no hay golondrinas que se la beban,
no hay escarcha de luz que la enfríe,
no hay canto ni diluvio de azucenas,
no hay cristal que la cubra de plata.
No.
.
¡Yo no quiero verla!
Autor: F. García Lorca.
COUSO: Un día de estos volveré a reproducir aquí una antigua canción que nos enseñó tu tía Juana a Pedro el de Angelita y a mí, cuando él empezaba a tocar la guitarra. Es muy melodiosa, pero extraordinaria para cantarla en aquellas noches de ronda. Seguro que tú también rondaste a Luci. ¿Por qué se tienen que perder estas costumbres?
La mujer es un ser maravilloso, incluso más que el hombre, y como tal hay que tratarle; no es un objeto de usar y tirar.
EMIGRAO: Bueno, si te levantas a las 7, eso es menos madrugar. A esa hora he estado levantándome yo durante 33 años; algo así como 7.625 días laborables. Tuve la gran suerte de no tener que coger la baja más que una vez, y por espacio de 4 días. Eso no quiere decir que algunas veces no hubiera necesitado cogerla, pero hasta para eso soy un poco del traslarón. (Hoy se diría gilipuertas)
Tu habrás oído ese refrán que dice:
“Nunca dejes camino por coger verea; tú crees que adelantas, pero rodeas”.
El camino es tu curación completa y satisfactoria.
Cómo creo que ya me he ganao la peoná, me voy a ver el Sevilla-Recreativo de Huelva.
Un abrazo para todos. Agur.
