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EL CERRO DE ANDEVALO: Buenas tardes, amigos...

Buenas tardes, amigos

EMIGRAO: Totalmente de acuerdo contigo. En el caso de los médicos se cumple a rajatabla lo que tú dices. Me consta que entre ellos -la mayoría- se llevan como el perro y el gato. Quizás por celos profesionales. Pero se tapan unos a otros cuando el tema trasciende al exterior.

ANTONIO ESCUDERO: ¡Qué envidia me das cuando dices cómo están los campos del Andévalo! Y yo aquí, entre nubes o brumas matinales.
No te quepa la menor duda que esta noche estaré en tu programa. Ya sé que puedo resultar un pesado, pero me gusta participar en él, ¿qué quieres que te diga? Ahora le voy a echar un vistazo a Chucena.
Te dejo este refrán que cita a este pueblo: “En Chucena, quien no lleva pan no cena; y uno que lo llevó, el cura se lo comió”

CASTILLEJA: Muy buenos tus chistes. Ya se los he contado a varios amigos. ¡Qué buen humor tienes siempre! ¿Tu no te enfadas nunca? Aunque recordando tu niñez, más le vale a Pepe no cabrearte.
En cuanto al gobierno japonés, añádele el Ministro de Industria que se llama Halí Katé.
Cuentan que un cura estaba ‘liado’ con una señora. Por remordimiento de conciencia, decide informar al Papa, y pedirle licencia para seguir con el ligue sin dejar el sacerdocio.
Le pone un e-mail, cuyo texto es el siguiente: SSKOSPK
El Papa no lo entiende y le pregunta a su cardenal Secretario para que se lo descifre. Este le echa un vistazo y le dice: “Santo padre, el texto es muy fácil. Le dice este cura que el piticlín ‘se seca o se peca’
Entonces El Pontífice le ordena a su Secretario que le conteste, pero invirtiendo el orden de las letras. Es decir: KPSOKSS (’cápese o cásese’)
Dices lo de apagar las luces. Cuentan que un soriano -que era más tacaño que los catalanes- y que estaba a punto de irse para el otro barrio, reunió a toda su familia en la habitación de su casa, donde agonizaba, y preguntó: ¿Habéis venido todos, hijos míos?.
Sí, papá, estamos todos aquí contigo.
¿Y mamá, donde está mamá?
Estoy aqui, a tu lado, cariño,-contestó su esposa-.
El moribundo, levantando levemente la cabeza, volvió a preguntar:
Pues si estáis todos aquí, en la habitación, ¿Qué puñetas hace la luz de la cocina encendida?

MARIAN: Yo había oído que los trapos sucios se lavaban en casa, pero veo que tú los vas a lavar a internet. Ya sólo falta que vayas a contarlo a ‘DEC’ Arrieritos somos…

Nada más. Un fuerte abrazo para todos. Agur.