Plaza y edificios, AYAMONTE

Prehistoria e inicios históricos: El hallazgo de resto arqueológicos en las cercanías de Ayamonte, hacen pensar en un poblamiento bastante atrás en el tiempo, aún sin una determinación precisa, hallándose elementos como puntas de flechas y utensilios, hoy en día expuestos en el museo arqueológico provincial de Huelva. En la Hoya de los Rastros, en el término municipal de Ayamonte y más concreto, dentro de su núcleo urbano, se ha hallado una necrópolis fenicia, datada en el siglo VIII a. C. y siendo la más occidental de esta civilización en el continente europeo. El Museo de Huelva, que anteriormente era llamado Museo Provincial de Huelva, es una institución dependiente de la Junta de Andalucía cuya sede se encuentra en la Alameda Sundheim de la ciudad de Huelva (España). En un edificio inaugurado el 12 de octubre de 1973 que cuenta con 3000 m² divididos en tres plantas, sótano y pequeña zona ajardinada. Sus fondos se subdividen en tres secciones: la de Bellas Artes, la de Arqueología y la de Etnología. Una necrópolis es un cementerio o lugar destinado a enterramientos. Etimológicamente significa ciudad de los muertos o cadáveres, pues proviene del griego antiguo: 'νεκρός "necrós", muerto o cadáver, y πόλις pólis, Ciudad-estado. El término se emplea normalmente para designar cementerios pertenecientes a grandes urbes, así como para las zonas de enterramiento que se han encontrado cerca de ciudades de antiguas civilizaciones. Fenicia es el nombre de una antigua región de Oriente Próximo, cuna de la civilización fenicio-púnica, que se extendía a lo largo del Levante mediterráneo, en la costa oriental del mar Mediterráneo. Su territorio abarcaba desde la desembocadura del río Orontes al norte, hasta la bahía de Haifa al sur, comprendiendo áreas de los actuales Israel, Siria, Líbano y Palestina, una región denominada antiguamente Canaán, con cuya denominación se engloba muy a menudo en las fuentes. Destaca entre los restos encontrados y estudiados unos escarabeos egipcios señal inequívoca de la expansión de este pueblo en el Mediterráneo. El escarabeo fue un amuleto de vida y poder, con forma de escarabajo pelotero, que representaba al Sol naciente, y era símbolo de la resurrección en la mitología egipcia. En vida proporcionaba protección contra el mal, visible o invisible, dando diariamente fuerza y poder. En la muerte, quien lo portaba adquiría la posibilidad de resucitar y poder alcanzar la vida eterna. Tartessos o Tartéside es el nombre por el que los griegos conocían a la que creyeron primera civilización de Occidente. Posible heredera del Bronce final atlántico, se desarrolló en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, en la costa suroeste de la península ibérica, así como en la de Badajoz durante el Bronce tardío y la primera Edad del Hierro. Se presume que tuvo por eje el río Tartessos, que pudo ser el que los romanos llamaron luego Betis y los árabes Guadalquivir. Sin embargo, hay autores que la sitúan en la confluencia de las bocas del Odiel con el Tinto, puesto que bajo la propia ciudad onubense es sabido que se hallan sepultados importantes restos. También se ha situado el núcleo del país tarteso en torno al río Barbate.
(19 de Abril de 2019)