Dorado estaba el día,
Como el trigal que segaban,
Esos labriegos extremeños,
Que a Alosno se acercaban,
A buscar en la minería,
Lo que en Oliva le faltaba.
Que raices aquí echaron,
Y fruto tambien dieron,
Descendietes, que no le
Olvidaron, y a visitarlos,
Fueron, en busca de su infacía,
Y en busca de aquel cielo,
Que cubría los encinares,
Y tambien sus primeros juegos.
Juegos fugaces, púes malos tiempos
Vivieron, fueron niños para el trabajo,
Y hombres para el juego,
Terminos invertidos,
Por los tiempos que vivieron,
De su tierra emigraron,
Y en Alosno le acogieron,
Con todo el cariño,
Que estos niños merecieron.
El Poeta.
Gracias Conchi, gracias por darme la bienvenida.
Como el trigal que segaban,
Esos labriegos extremeños,
Que a Alosno se acercaban,
A buscar en la minería,
Lo que en Oliva le faltaba.
Que raices aquí echaron,
Y fruto tambien dieron,
Descendietes, que no le
Olvidaron, y a visitarlos,
Fueron, en busca de su infacía,
Y en busca de aquel cielo,
Que cubría los encinares,
Y tambien sus primeros juegos.
Juegos fugaces, púes malos tiempos
Vivieron, fueron niños para el trabajo,
Y hombres para el juego,
Terminos invertidos,
Por los tiempos que vivieron,
De su tierra emigraron,
Y en Alosno le acogieron,
Con todo el cariño,
Que estos niños merecieron.
El Poeta.
Gracias Conchi, gracias por darme la bienvenida.