!Qué bonita!, mi
Virgen de Gracia, cuantas veces la he rezado, la he pedido , pero también le he dado gracias por los favores concedidos.
Está presidiendo el bonito
retablo de la
Iglesia que lleva su nombre.
Además no la puedo olvidar , porque , le oí muchas veces a mi madre exclamarla.
Fermina.