Antonio-Genaro, no te conozco o al menos no te recuerdo, pero si he conocido y he sido amigo de tu Tio Fernando, con el qude frecuentaba la casa de su Madre Ana Aguilar, y conocía a tu padre cuando hablaba con su novia, tu madre, y por eso te puedo decir que tu no puedes saber la vida de Salar, ya que nacistes muy despues de los acontecimientos; te refieres de cuando una madrugada cercaron las Fuerzas de la Guardia Civil el pueblo, para hacer unos registros, y las personas que ajenas iban saliendo a la calle, las inmovilizaban para que no dieran aviso a otras personas, y algunas mujeres cuando no regresaba la familiar o sirvienta que habia ido por la leche o el pan, no podia ya regresar a casa, pasaba a formar parte de los grupos inmovilizados, me acuerdo que uno de ellos fue José Acosta, ya anciano; mi hermano Carmelo, que siendo Ya Sargento de Marina, y le cumplia el permiso, tuvo que hablar con un Oficial para que le dejaran salir para inse a Cadid. Yo era muy amigo de tu Tio Antoñito, y tuve la mala suerte de tener que verlo, a él su hijo y su Madre en el Cemanterio. Fueron muchas la necesidades que se sufrieron en la posguerra. Que las generaciones actuales y futuras, deben conocer las desgracias que ocasionasn las guerras; así sea. Recuerdos a tu Tio Fernando, me acuerdo de las chocolatadas y picatostes que no comiamos en su casa. Un afectuoso saludo para ti de Antonio de la Botica.-