Evitar los daños que pueden sufrir sus hijos
La distancia, por el momento, está protegiendo a los cuatro niños pero ella ha extremado las precauciones para que la batalla legal que va a tener que librar Iñaki en los tribunales- y lo que de ello se pueda derivar- no dañe a los pequeños. Aunque los niños han vuelto con normalidad a la escuela porque las clases se iniciaban el 2 de enero, su madre intenta preservarlos de las cámaras y pasan mucho tiempo en casa, con ella, sin aceptar las numerosas invitaciones que siempre tienen de sus amigos. A la Infanta también le inquieta qué puede pasar en el futuro si Iñaki pierde su trabajo como consejero de Telefónica Internacional, ya que, además del sueldo de 750.000 euros que el Duque percibe anualmente, la empresa cubre el alquiler de la lujosa casa en la que viven, paga la escolarización de sus cuatro hijos en el elitista Liceo Rochambeau y los viajes privados que la familia realizaba a España.
Aunque Urdangarin renovó en julio el pasado año su contrato con Telefónica- pese a que para entonces su antiguo socio en el Instituto Nóos,
Diego Torres, ya estaba imputado en el caso-, no es muy probable que pudiera mantenerlo si, finalmente, es acusado y tiene que comparecer ante los tribunales.
A Cristina también debe agobiarle leer titulares de prensa como el del pasado jueves publicaba el diario <<El Mundo>> y que rezaba: <<La Infanta Cristina invirtió en Aizoon 1.500 € y ganó 571.000>>. En la información firmada por Esteban Urreiztieta y Eduardo Inda se aseguraba que la contabilidad de la promotora propiedad de los Duques de Palma, intervenida por la policía, revela que con periodicidad casi semanal la hija del Rey retiraba fondos de la empresa. En ese sentido, el senador del PNV Iñaki Anasagasti, publicaba un artículo en su blog en el que, con titulo << ¿Y la Infanta no sabía nada?>>, arrojaba dudas sobre hasta qué punto no conocía doña Cristina las actividades de Iñaki Urdangarin. Pese a los intentos de mezclarla más directamente en este escabroso asunto, los investigadores del caso parecen haber determinado que la hermana pequeña del Príncipe actuó como la típica esposa de empresario, que está involucrada en los asuntos de su marido pero no está al corriente de lo que sucede.
La distancia, por el momento, está protegiendo a los cuatro niños pero ella ha extremado las precauciones para que la batalla legal que va a tener que librar Iñaki en los tribunales- y lo que de ello se pueda derivar- no dañe a los pequeños. Aunque los niños han vuelto con normalidad a la escuela porque las clases se iniciaban el 2 de enero, su madre intenta preservarlos de las cámaras y pasan mucho tiempo en casa, con ella, sin aceptar las numerosas invitaciones que siempre tienen de sus amigos. A la Infanta también le inquieta qué puede pasar en el futuro si Iñaki pierde su trabajo como consejero de Telefónica Internacional, ya que, además del sueldo de 750.000 euros que el Duque percibe anualmente, la empresa cubre el alquiler de la lujosa casa en la que viven, paga la escolarización de sus cuatro hijos en el elitista Liceo Rochambeau y los viajes privados que la familia realizaba a España.
Aunque Urdangarin renovó en julio el pasado año su contrato con Telefónica- pese a que para entonces su antiguo socio en el Instituto Nóos,
Diego Torres, ya estaba imputado en el caso-, no es muy probable que pudiera mantenerlo si, finalmente, es acusado y tiene que comparecer ante los tribunales.
A Cristina también debe agobiarle leer titulares de prensa como el del pasado jueves publicaba el diario <<El Mundo>> y que rezaba: <<La Infanta Cristina invirtió en Aizoon 1.500 € y ganó 571.000>>. En la información firmada por Esteban Urreiztieta y Eduardo Inda se aseguraba que la contabilidad de la promotora propiedad de los Duques de Palma, intervenida por la policía, revela que con periodicidad casi semanal la hija del Rey retiraba fondos de la empresa. En ese sentido, el senador del PNV Iñaki Anasagasti, publicaba un artículo en su blog en el que, con titulo << ¿Y la Infanta no sabía nada?>>, arrojaba dudas sobre hasta qué punto no conocía doña Cristina las actividades de Iñaki Urdangarin. Pese a los intentos de mezclarla más directamente en este escabroso asunto, los investigadores del caso parecen haber determinado que la hermana pequeña del Príncipe actuó como la típica esposa de empresario, que está involucrada en los asuntos de su marido pero no está al corriente de lo que sucede.