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PURULLENA: Una parte de la vida de Rubén Darío...

Una parte de la vida de Rubén Darío
Tal día como el 13 de mayo de 1905, Rubén, por enfermedad, no pudo ir a leer en el Paraninfo de la Universidad Central el poema que había escrito para la conmemoración cervantina, para el III Centenario del Quijote. Lo leyó el actor Ricardo Calvo:

Rey de los hidalgos, señor de los tristes,
Creo que el homenaje de Rubén al Quijote fue lo más sorprendente en literatura que se produjo en la España de 1905. Las «Letanías de Nuestro Señor Don Quijote» resonaron con fuerza en aquel Madrid conmemorativo. Algunos de entre el mundo académico no debieron conciliar el sueño aquel día por el estupor que le habría producido las palabras del nicaragüense leídas en aquel acto:

de las epidemias de horribles blasfemias
de las Academias,
líbranos, señor.
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión;
que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón.