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PEDRO MARTINEZ: El gato que llevó a casa a su humano con ALZHÉIMER...

El gato que llevó a casa a su humano con ALZHÉIMER

Khun Somchai, 74 años, había comenzado a olvidar cosas pequeñas.
Primero dónde dejaba las llaves.
Luego el camino al mercado.
Finalmente, una tarde… se perdió del todo.
Vivía con su hija en una zona rural.
Tenía diagnóstico reciente de alzhéimer.
Y aunque no solía salir solo, ese día simplemente desapareció.
Se movilizó la policía local.
Voluntarios del pueblo.
Drones.
Nada.
Hasta que, al atardecer, alguien gritó desde una plantación de arroz:
— ¡Hay huellas!
¡Y pelo de gato!
Al principio parecía absurdo.
Pero luego la hija recordó algo:
—Papá siempre decía que “si un día me pierdo, **el gato sabrá volver.””
Se refería a Khao Manee, un gato blanco de ojos dispares que su padre había rescatado años atrás.
Era callejero, silencioso…
pero siempre iba detrás de él, como un guardaespaldas en miniatura.
Volvieron a buscar.
Y encontraron más huellas.
Y un rastro de pelaje blanco entre los arbustos.
Horas después, encontraron a Somchai:
deshidratado, desorientado…
pero con el gato sentado sobre su pecho, en una zona de maleza, como si supiera que allí debía esperar.
Cuando lo alzaron en camilla, el gato no se movió.
Solo caminó detrás, paso a paso.
No huyó de los paramédicos.
No se separó.
En el hospital, el médico dijo:
—Si el gato no hubiera estado con él, habría entrado en hipotermia.
Y una enfermera, entre lágrimas, comentó:
—Nunca vi a un animal mirar así a un humano.
Era como si dijera: “Lo traje. Ahora ustedes cuídenlo.”
Desde entonces, Somchai no sale sin su gato.
La policía local, al enterarse de la historia, le dio una medalla improvisada.
Una chapita dorada con letras grabadas que dice:
“Héroe silencioso: Khao Manee.”
Hoy, ese gato duerme siempre junto a la puerta.
Y cada vez que Somchai se levanta sin rumbo…
él lo sigue.