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PEDRO MARTINEZ: SER HUMANOS: DE LA PARÁBOLA A LA REALIDAD...

SER HUMANOS: DE LA PARÁBOLA A LA REALIDAD

Me pasó hace años en el norte de Argentina. Todos los terceros domingos de mes, cuando terminaba la Misa en una capilla perdida en el campo, Doña María subía a la camioneta para que la llevara al pueblo. No tenía otro medio de transporte y el lunes siguiente iba al médico. Sufría una fuerte anemia, y con cinco hijos y lo poco que cobraba su marido, apenas tenía para comer. Un domingo, durante el viaje, me pregunta si en Cáritas no habrá alimentos para llevar a una pareja de ancianos que vivían solos y no tenían nada. Me comprometí a llevarles algo cada tanto.
Pero me costó dos años de preguntas y evasivas conseguir que Doña María me confesara que en realidad ella comía un día sí y otro no (y eso que su comida era muy escasa). Día por medio, a media mañana cogía su comida y se la llevaba a aquellos ancianos. Cuando llegaba el marido, le decía que ya había comido antes. Mi reacción fue decirle: “Pero ¿no se da cuenta de que usted está anémica y está poniendo en riesgo su vida?”. Me miró con cara de sorpresa, como diciendo “ ¡qué poco entiende este cura!” y respondió: “Pero, padre, Jesús dice en el evangelio que tenemos que amarnos unos a otros, como Él lo hizo, ¿no?”. Fui incapaz de abrir la boca el resto del viaje.
Después de años de intentar explicar a la gente quién era Dios, aquella mujer analfabeta me daba una lección que nunca olvidaré. Por amor, Doña María estaba dispuesta a morir de anemia, y para ella era la consecuencia natural de su fe. No por fanatismo, solo por amor.