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PEDRO MARTINEZ: Leyendas de Granada...

Leyendas de Granada

Cuenta la leyenda, que reinaba en Granada el octavo monarca de la dinastía nazari Mohamed V, Amet el Guerrero. La guerra era lo único que le importaba, no vivía para otra cosa que para perpetrar batallas y contiendas con sus tropas.
Un día pasando por la cerrania de Ronda, reparó en un castillo y decidió atacarlo, cuando se disponía a hacerlo, se abrieron las la puertas del castillo y una hermosa joven cristiana salió de él acompañada de su dueña. El musulmán quedó petrificado ante su hermosura, y sin pensarlo dos veces, Amet, tomó cautiva a la princesa Isabel, como así se llamaba la joven, y la llevó al palacio que éste tenía en lo alto de la Cuesta de Alhacava.
Según sigue contando la leyenda, a los pocos días la joven cristiana a causa de su pena y melancolía, perdió todo signo de razón y cordura.
Su único anhelo era encontrar rosas azules que sólo estaban presentes en su imaginación.
Amet hizo todo lo posible por complacerla y sacarla de su irraciocinio. Le construyó una preciosa capilla en una cueva al fondo del jardín de palacio, le trajo una imagen de la Virgen del Consuelo, a la que ella tanto rezaba, y como último recurso le hizo traer desde Ronda a su dueña que la había cuidado desde pequeña..
El remedio causó efecto, puesto que la joven Isabel la reconoció al instante y entró en razón, y fue consciente de las atenciones de Amet, y de todo lo que había hecho para hacerla volver de la locura.
Una vez recuperada, Isabel y Amet volvieron al castillo de Ronda. El joven gerrero musulmán se convirtió al cristianismo para casarse con su amada.
No obstante, Amet no podía olvidar su Granada soñada, y con ayuda de sus esclavos "hizo cautiva" de nuevo a Isabel para llevarla de vuelta a Granada, y vivir para siempre en el hoy conocido "Palacio de Amet o de las Rosas Azules"